jueves, 10 de diciembre de 2009

La dictadura del Terror (eta) elmundo.es II

Topos y negociaciones

En 1974 el Servicio de Documentación de Carrero Blanco, antesala del CESID -se creó en 1978-, introduce un topo en ETA llamado Mikel Lejarza, alias «el Lobo», que consigue situarse en la cúpula de la organización como responsable de infraestructuras en el interior. Este infiltrado logró desplazar a Madrid a los grandes jefes de ETA, propiciando la detención del Comando Madrid y el Comando Barcelona en 1975. Con el asesinato de Carrero Blanco y el atentado de Correos, la lucha antiterrorista comienza a tomarse más en serio desde el Estado, intensificándose las detenciones. En el 77, Suárez crea el Mando Único de la Lucha Contraterrorista.

La lucha se produce en dos frentes: el legal y el ilegal. La «guerra sucia» se inicia ya en el 75 y se alarga hasta el año 86, cuando los GAL cierran capítulo. La batalla legal implica la actividad en varios frentes: el judicial, el policial y la negociación. La estrategia de acción contra el terrorismo ha ido evolucionando en función de las diversas mutaciones que ha ido sufriendo la organización criminal. Garzón puso en marcha desde la Audiencia Nacional una potente maquinaria legal, hoy a pleno rendimiento, para desmantelar la red terrorista.

En los primeros tiempos, Francia se niega a colaborar porque desconfía de un país recién salido de la dictadura y porque considera novata a la Policía. A mediados de los años 80 cambia la situación y la cooperación con los vecinos da abundantes frutos. Para empezar, expulsan a numerosos etarras de su territorio, que tienen que emigrar a Argelia y Sudamérica. Txomín y Antxón pierden la complacencia gala, entre otros. En 1981, cinco días después del 23-F, los poli-milis anunciaron una tregua indefinida que desemboca en el Plan de Reinserción Social, a raíz del cual desaparece la rama política de ETA. Esto, sumado a la desarticulación de comandos y las extradiciones, hace desaparecer también a ETA VIII Asamblea.

Los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), que actuaron desde el 84 al 86 cometiendo 23 asesinatos, atentaban contra militantes y simpatizantes de ETA residentes en el sur de Francia. El secuestro y posterior asesinato de Lasa y Zabala a finales del 83 y el secuestro de Segundo Marey en el 84, marcan el inicio de este grupo de mercenarios financiados con los Fondos Reservados y amparados desde el Ministerio del Interior. La guerra sucia minó la lucha antiterrorista y acabó salpicando, de cara a la opinión pública, a algunos de los cuerpos que trabajaban desde la legalidad contra el terrorismo.

Los contactos y las negociaciones destinadas a lograr la paz constituyen otro de los pilares de la lucha antiterrorista. En el año 86 se establecen conversaciones Gobierno-ETA en Argelia. El intermediario «Txomin» muere en accidente de carretera y le reemplaza «Antxon». Tras la detención de Santi Potros, hay que aprovechar el debilitamiento de ETA. La caída de Sokoa priva a los terroristas de su aparato del impuesto revolucionario. En 1991 cae la cúpula de ETA en Bidart y el efecto dominó acaba con todos los generales de la banda. En el 96 se regenera la estructura de la lucha antiterrorista y se garantiza el destino de los fondos reservados. En 1997 se recupera la negociación, esta vez con el PP. En junio de 1998 ETA anuncia una tregua que dura 16 meses.

Para investigar se usa a los chivatos, delatores y arrepentidos. Hay gente infiltrada y algunos miembros de la organización que hablan por dinero. También están los pinchazos telefónicos y la información que se logra tras cada detención, en la que se encuentran teléfonos, direcciones, cuentas corrientes y proyectos de operaciones.

La ETA actual se encuentra más enferma y debilitada, sus miembros son de bajo perfil, más inexpertos y con menos recursos. Que la organización haya abandonado el secuestro es un síntoma.

Garzón, contra el entramado de ETA
por ESTHER MUCIENTES

El último jefe de ETA detenido, Jurdan Martitegi, planeó asesinar, como si de una película del mejor cine negro se tratara, con veneno y botella de coñac incluida, al que probablemente sea el peor enemigo de la banda terrorista: el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón.

Desde que en 1998 abandonara su incursión en la política —concurrió como número dos de las filas socialistas en las elecciones de 1993— y regresara a su despacho en la Audiencia, Garzón se convirtió en el azote de la banda terrorista y de su entorno dando duros golpes a la organización etarra, que le han llevado no sólo a estar entre los objetivos más deseados de la banda, sino también a recibir las críticas de muchos sectores que le han acusado en más de una ocasión de atentar contra la libertad de expresión.

Sea como fuere, el juez instructor fue el primero que se plantó en Francia para interrogar a dirigentes de ETA detenidos en territorio galo, como Josu Ternera, y otros nombres míticos, los encargados de ordenar dónde se sitúa el coche bomba o a quién se pega el tiro en la nuca.

Ha ilegalizado Batasuna; clausurado el diario Egin y la emisora de radio Egin Irratia, acusados de colaboración terrorista; acusado a la Coordinadora de Alfabetización y Euskaldunización (AEK), una coordinadora vasca para la alfabetización de adultos en euskera, de ser el entramado financiero de la organización. Y asím decenas de causas contra la banda terrorista.

De todas las instrucciones contra ETA, la más comprometida y polémica fue la ilegalización de Batasuna, en un auto publicado en Madrid el 26 de agosto de 2002, por un delito de integración en organización terrorista. La ilegalización de la tercera fuerza política vasca levantó ampollas entre los nacionalistas vascos (PNV), que gobernaban en Euskadi, y el por entonces Gobierno de Aznar, quien desde ese momento iniciaría una campaña de acoso contra los nacionalistas.

Cinco años después de aquel ambicioso auto, los españoles se despertaban el 4 de octubre de 2007 con la detención de toda la cúpula de Batasuna. En total, 23 detenidos que fueron arrestados mientras celebraban una reunión en la que supuestamente iban a realizar el traspaso de poderes de la antigua mesa nacional a una cúpula renovada, muy tocada tras la detención de Arnaldo Otegi y Joseba Álvarez, entre otros.

Con el auto, el conocido juez 'estrella' dejaba claro su intención de acabar tanto con el brazo político de la banda como con el militar. Cuando Batasuna quedó completamente ilegalizada, ETA intentó voler a incurrir de alguna manera a las elecciones, esta vez bajo las siglas de ANV y PCTV. Lo consiguió, pero de nuevo Garzón estuvo al quite para investigar su vinculación terrorista y logró que el Supremo ilegalizara a los dos partidos.

Javier Arruabarrena Carlos y Ohiane Garmendia Marín han sido dos de los últimos etarras en caer bajo las fauces judiciales de Garzón. Ambos ostentan el título de ser dos de los terroristas más buscados y responsables del aparato de información de la banda —encargado de recopilar datos para futuros objetivos—. Fueron detenidos en la localidad francesa de Charenton-le-Pont.

Pero antes que ellos, el juez instructor dio uno de los golpes que más daño ha hecho a la banda en los últimos tiempos: el encarcelamiento del número uno de ETA y responsable del aparato militar, Jurdan Martitegi Lizaso. En una operación similar a la que se realizó contra su predecesor en la dirección terrorista, Aitzol Iriondo, Garzón apareció de nuevo en escena, esta vez contra la cúpula sangrienta de la banda.

El 'comando Vizcaya' también cayó en sus redes. Nueve detenidos, entre ellos, Arkaitz Goikoetxea —jefe del comando—, Libe Agirre Mazaga, Adur Aristegi Aragon o Aitor Kotano Sinde. Fue uno de los mazazos más duros a la banda, ya que era uno de los comandos más activos desde la ruptura del alto el fuego.

Pocos ejemplos para una lucha antiterrorista que, sin duda, ha tenido desde el principio como coprotagonista al juez Garzón. Desde la ruptura de la tregua, las operaciones contra la banda han ido 'in crecendo' y en la mayoría de ellas lha sido el juez de la Audiencia Nacional el que ha dado el pistoletazo de salida para intentar mermar aún más a un banda que cada vez se muestra más débil y aislada.

Ciudadanos contra la violencia

Desde el nacimiento de ETA, en 1959, los atentados terroristas han provocado rechazo social. Pero durante muchos años, pocos se atrevieron a expresarlo en voz alta. Sólo el paraguas de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) permaneció abierto aguantando el chaparrón.

Ha sido en la última década, superadas las 800 víctimas, cuando el hartazgo ciudadano se ha puesto de manifiesto de forma más contundente, cuando la condena a la violencia ha dado lugar a diversos colectivos contra la violencia. Primero fue Gesto por la paz, luego el movimiento social Elkarri. Les siguieron otros muchos como los universitarios de Manos Blancas, el movimiento pacifista Denon Artean, la iniciativa ciudadana ¡Basta Ya!, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (COVITE) y el grupo cívico Foro de Ermua. La Fundación por la Libertad ha sido la última
en incorporarse al coro de voces que piden el cese la lucha armada.
Curando las heridas
Logo AVT

La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) se autodefine como organización apolítica de carácter benéfico asistencial y desde 1981 atiende a los damnificados por acciones terroristas. Su número de beneficiarios supera las 6.000 personas, repartidas en Madrid (30%), País Vasco y Navarra (15%) y el resto de España (55%). Los impulsores de la asociación fueron personas que sufrieron directamente los ataques terroristas y que durante muchos años tuvieron que luchar contra la incomprensión social y la falta de medios. Se financia mediante subvenciones de los ministerios de Defensa y Asuntos Sociales, ayuntamientos y diputaciones y donativos de particulares. MÁS INFORMACIÓN: www.avt.org

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El silencio como forma de protesta
Logo Gesto por la Paz

Gesto por la Paz es una plataforma pacifista, cívica, unitaria, pluralista e independiente de cualquier partido político o institución. Desde 1986 constituye «una respuesta organizada de la sociedad civil frente al constante azote de la violencia que el pueblo vasco sufre en razón de unos pretendidos fines políticos para esta sociedad». Su proyecto para conseguir la paz incluye como actuaciones principales: incrementar la movilización ciudadana, concienciar a la sociedad de su responsabilidad en la necesaria respuesta pacífica, velar por que la erradicación de la violencia desde las instituciones públicas se dé dentro de la legalidad y el respeto a los derechos humanos y fomentar una cultura de paz. Como forma de protesta, tiene establecida la realización de concentraciones silenciosas de 15 minutos, en decenas de localidades vascas al día siguiente de producirse una muerte provocada por un acto violento. MÁS INFORMACIÓN: www.gesto.org

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Una apuesta por el diálogo
Logo de Elkarri

Elkarri es un movimiento social por el diálogo y el acuerdo. Nació como tal en el País Vasco, en 1992, y tiene como marco de referencia la defensa de los Derechos Humanos y el rechazo de la violencia como método de acción política. Su objetivo es «transformar la situación de violencia que vive Euskadi en una situación de diálogo y acuerdo». En la superación de este difícil reto se han comprometido 251.000 socios aportantes (Elkarri se autofinancia al 85%) y 1.200 militantes. Más de un centenar de talleres funcionan también con idéntico objetivo en el País Vasco, Navarra, Madrid, Barcelona y Bruselas. Sus miembros se enorgullecen de haber consolidado un movimiento social, plural e independiente en un escenario tan polarizado. MÁS INFORMACIÓN: www.elkarri.org

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Compromiso con la paz
Logo Manos Blancas

Manos Blancas surgió como una iniciativa espontánea de un grupo de profesores, estudiantes y empleados de la Universidad Autónoma de Madrid, tras el asesinato del ex presidente del Tribunal Constitucional y profesor de este campus, Francisco Tomás y Valiente, el 14 de febrero de 1992. En la posterior manifestación de repulsa por este asesinato, frente a la Facultad de Derecho, las manos de los estudiantes alzadas hacia delante y con las palmas pintadas de blanco representaron el rechazo a la violencia y el compromiso con la paz . El símbolo y el gesto se generalizaron y son utilizados por los ciudadanos en las manifestaciones contra ETA. Este grupo de trabajo pretende «ser un punto de encuentro y solidaridad con las víctimas de quienes rechazan la violencia terrorista».
MÁS INFORMACIÓN: manos-blancas.uam.es

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Regeneración política, social y cultural
Logo del Foro de Ermua

Foro de Ermua surgió tras la reunión de un grupo de profesores que, después del secuestro y posterior asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco, el 10 de julio de 1997, decidieron hacer un manifiesto de repulsa. El texto se oponía a la negociación con ETA y llamaba a la ciudadanía a la resistencia contra el fascismo vasco. Militantes del PSOE, PP, IU, Nueva Izquierda, pacifistas, artistas, periodistas, estudiantes y profesionales de diversos ámbitos integran este hetereogéneo grupo cívico. La principal finalidad del foro es fomentar «la regeneración política, social y cultural, promoviendo valores universales y recuperando los principios básicos de la convivencia». MÁS INFORMACIÓN: www.foroermua.com

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Recuperar la calle
Logo ¡Basta Ya!

La falta de libertad y las presiones que sufren los vascos no nacionalistas dio lugar al nacimiento de la iniciativa ciudadana ¡Basta ya!, a finales de 1999. Un grupo de personas, de muy diversa ideología, decidieron «oponerse activamente al terrorismo en cualquiera de sus formas, ayudar a las víctimas y defender el Estado de Derecho en el marco de la Constitución y el Estatuto de Autonomía». Con estos principios intentan movilizar a la sociedad, sin el ánimo de sustituir a los partidos políticos ni de competir con otros colectivos. Su intención es recuperar la calle y recordar a las instituciones cuáles son sus obligaciones. Las actividades de este colectivo se financian gracias a las aportaciones de los ciudadanos, a título individual, y a las subvenciones de otros grupos cívicos. MÁS INFORMACIÓN: www.bastaya.org

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Justicia para alcanzar la paz
Logo COVITE

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) en el País Vasco nació en noviembre de 1998. Su intención es constituirse en un referente ineludible en cualquier proceso de pacificación que pueda emprenderse el País Vasco. Lo forman un grupo de personas independientes que defiende los derechos éticos y materiales de las víctimas del terrorismo. Entre sus objetivos destacan la protección de los principios democráticos básicos, el respeto a la legalidad vigente y la consecución de un clima social en el que todos los ciudadanos puedan ejercer sus derechos en libertad. Dentro de este marco, COVITE considera imprescindibles que los criminales reconozcan sus delitos, asuman el daño causado a millares de personas inocentes y reconozcan el dolor infligido a la sociedad vasca en particular, y a la española en general, para alcanzar la paz. Pero afirman que no podrá haber paz sin justicia previa, por lo que exigen la investigación a fondo de todas las atrocidades cometidas contra ciudadanos inocentes por el terrorismo fascista y la petición firme y sin fisuras de perdón.

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