martes, 9 de octubre de 2012

852 millones de personas pasan hambre en el mundo


Cerca de 870 millones de personas, una octava parte de la población mundial, han padecido subnutrición crónica en el período 2010-2012, según revela el nuevo informe de la ONU sobre el Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2012 (SOFI, por sus siglas en inglés), que advierte, no obstante, de que si se mantienen hasta 2015 las tendencias de los últimos 20 años se cumplirá la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad el hambre en el mundo.

El informe SOFI, hecho público este martes y difundido conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), revela que la gran mayoría de las personas que padecen hambre, 852 millones, viven en países en vías de desarrollo —alrededor del 15 por ciento de su población—, mientras que "16 millones de personas están subnutridas en los países desarrollados".

"En el mundo actual de oportunidades sin precedentes a nivel tecnológico y económico, nos parece totalmente inaceptable que más de 100 millones de niños menores de cinco años tengan falta de peso, y por lo tanto no puedan desarrollar todo su potencial humano y socioeconómico, y que la desnutrición infantil provoque la muerte de más de 2,5 millones de niños cada año", afirmaron José Graziano da Silva, Kanayo F. Nwanze y Ertharin Cousin, responsables respectivamente de la FAO, el FIDA y el PMA, en el prólogo del informe.

MENOS HAMBRE

Según el informe SOFI, el número total de personas hambrientas disminuyó en 132 millones entre 1990-92 y 2010-12, lo que equivale a pasar del 18,6 por ciento al 12,5 por ciento de la población mundial, y del 23,2 por ciento al 14,9 por ciento en los países en desarrollo. Con ello, advierte el documento, "la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio estaría al alcance si se adoptan las medidas adecuadas".

"El mundo posee los conocimientos y los medios para eliminar toda forma de inseguridad alimentaria y desnutrición", prosiguieron los autores del informe. "Para ello se necesita un enfoque de 'doble vía', basado en el apoyo a un crecimiento económico de base amplia (incluyendo la agricultura) y redes de seguridad para los más vulnerables", agregaron.

El informe indica también que la cifra de víctimas del hambre disminuyó de forma más pronunciada de lo que se creía entre 1990 y 2007. Desde 2007-2008, sin embargo, el progreso global en la reducción del hambre se ha ralentizado y estabilizado, a pesar de que el aumento del hambre durante ese mismo período fue "menos grave de lo que se pensaba" y de que la crisis económica de 2008-2009 "no provocó de forma inmediata una fuerte desaceleración económica en muchos países en desarrollo, como se temía que podía suceder".

En este sentido, el informe destaca que el impacto de los precios internacionales de los alimentos en los mercados nacionales fue "menos pronunciado de lo asumido en un primer momento", y muchos gobiernos "lograron amortiguar los choques y proteger a los más vulnerables de los efectos del alza de precios".

El estudio sugiere también que, si se adoptan medidas adecuadas para revertir la desaceleración de 2007-08 y para alimentar a los hambrientos, cumplir la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre en el mundo en desarrollo en 2015, "es aún posible".

"Si la reducción media anual del hambre de los últimos 20 años continúa hasta 2015, el porcentaje de subnutrición en los países en desarrollo alcanzaría un 12,5 por ciento", una cifra que estaría todavía por encima de la meta del ODM del 11,6 por ciento, pero "mucho más cerca de lo que se pensaba anteriormente".

POR REGIONES

Por regiones, el informe SOFI indica que la subnutrición en los dos últimos decenios disminuyó casi un 30% en Asia y el Pacífico, de 739 millones a 563 millones de personas, debido principalmente al progreso socioeconómico de muchos países de la región. A pesar del crecimiento de la población, la prevalencia de la subnutrición en la región se redujo del 23,7% al 13,9%, prosigue el estudio.

América Latina y el Caribe también han progresado, pasando de 65 millones de personas hambrientas en 1990-1992 a 49 millones en 2010-2012, mientras que la prevalencia de la desnutrición bajó del 14,6% al 8,3%. Sin embargo, el ritmo de los avances ha disminuido recientemente.

África ha sido la única región donde el número de personas hambrientas aumentó en el período citado, pasando de 175 millones a 239 millones, con casi 20 millones sumados en los últimos cuatro años.

La prevalencia del hambre, aunque se redujo, ha aumentado ligeramente en los últimos tres años, del 22,6 por ciento al 22,9 por ciento, casi una cuarta parte de la población. "En África Subsahariana, los modestos avances logrados en los últimos años hasta 2007 se anularon, con un aumento del hambre del dos por ciento anual desde entonces", se lee en el informe.

Las regiones desarrolladas también han visto aumentar el número de personas que pasan hambre, de 13 millones en 2004-2006 a 16 millones en 2010-2012, "revirtiendo una tendencia constante a la disminución en los años anteriores, desde los 20 millones de hambrientos que se calculaban en 1990-1992", revela el documento.

AGRICULTURA Y NUTRICIÓN

Entre las soluciones que propone el informe para reducir el hambre y la malnutrición destaca la necesidad de integrar el crecimiento económico con la mejora de la nutrición y, en este contexto, fomentar el crecimiento agrícola, dado que "la mayoría de los pobres dependen de la agricultura y las actividades asociadas" para obtener sus medios de subsistencia.

"El desarrollo agrícola que involucre a los pequeños agricultores, especialmente a las mujeres, será más eficaz en la reducción de la pobreza extrema y el hambre al generar empleos para los pobres", destacan los autores del estudio.

Aparte, el crecimiento no solo debe beneficiar a los pobres, sino que también debe ser "sensible a la nutrición", a fin de reducir las diversas formas de desnutrición. "La reducción del hambre es algo más que aumentar simplemente la cantidad de alimentos, se trata también de mejorar la calidad de los alimentos en términos de diversidad, el contenido de nutrientes y la inocuidad", asegura el informe SOFI.

"Mientras que 870 millones de personas siguen padeciendo hambre, el mundo se enfrenta cada vez más a un doble lastre de la malnutrición: la subnutrición crónica y la carencia de micronutrientes coexisten con la obesidad, el sobrepeso y las enfermedades no transmisibles asociadas, que afectan a más de 1.400 millones de personas en el mundo", aseguran los autores del estudio.

http://www.huffingtonpost.es/2012/10/09/852-millones-de-personas-pasan-hambre_n_1950432.html?utm_hp_ref=spain

Miles de griegos protestan contra la visita de Angela Merkel


Unos 30.000 griegos han acudido a una manifestación convocada contra la visita de la canciller alemana Angela Merkel y las medidas de austeridad que los socios europeos exigen al gobierno del conservador Andonis Samarás a cambio de más ayuda financiera.

Los principales sindicatos del país, GSEE y ADEDY, habían llamado a asistir masivamente a esta manifestación, y a participar en un paro laboral de tres horas, a pesar de que la Policía ha cerrado la mayoría de accesos al centro y restringido el derecho de reunión en numerosas avenidas por razones de seguridad.

Más de 6.000 agentes custodian el centro capitalino, y a pesar de esas medidas de seguridad "sin precedentes", según las definieron los medios griegos, los manifestantes poblaron la simbólica Plaza Syntagma frente al Parlamento griego en un ambiente festivo aunque muchos mostraban su rabia por la situación actual del país.

Muchos portaban pancartas con duros mensajes hacia la canciller alemana, como: "La presencia de Merkel es una provocación al pueblo" o "Fuera Merkel, abajo la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional)".

"Merkel tiene que entender que a los griegos, igual que a los españoles y los portugueses, se les debe permitir vivir", se quejó en declaraciones a Efe el pequeño empresario Grigoris Malamis, que asistió a la protesta junto a su mujer.

"Los impuestos y los precios se han incrementado. La gente ya no tiene dinero y la situación es por eso muy mala, pues nadie compra. Y creo que irá a peor", añadió.

La policía utilizó gases lacrimógenos para reprimir a un grupo de empleados de hospital que pretendían bloquear una de las avenidas por las que tenía previsto transitar la comitiva de Merkel.

"Los griegos no se convertirán en un títere de esta crisis", alertó Alexis Tsipras, líder del principal partido de la oposición, la izquierda radical de Syriza, a su llegada a la manifestación junto al presidente del partido alemán "Die Linke" (La Izquierda), Bernd Riexinger.

"Merkel viene a Atenas a ver a sus súbditos. Si quisiese saber lo que pasa realmente en el país se reuniría con los representantes de la sociedad civil. Sólo viene a dar órdenes", denunció en declaraciones a Efe el diputado de Syriza Manolis Glezos.

"Göbbels dijo que en el año 2000, la civilización alemana dominaría en Europa. Se equivocó sólo por diez años", añadió Glezos, aunque avisó de que "el pueblo heleno siempre resiste a los invasores".

http://www.huffingtonpost.es/2012/10/09/miles-de-griegos-protesta_n_1950740.html?utm_hp_ref=spain&ncid=edlinkusaolp00000009

domingo, 7 de octubre de 2012

En Egipto la lucha continúa


LARGO PROCESO DE RECONSTRUCCIÓN DEL PAÍS

Por Alain Gresh*

Más de un año después de las sublevaciones que condujeron a la caída de Mubarak, los Hermanos Musulmanes, hoy en el poder, se enfrentan a la necesidad de definir un proyecto de país y de construir un orden democrático.

El Cairo. En cada viaje a Egipto, después de la caída de Hosni Mubarak en febrero de 2011, reina una atmósfera de pesimismo entre los revolucionarios que contribuyeron a este acontecimiento histórico. En cada viaje, tal o cual interlocutor me explica que el antiguo régimen va a volver o que el nuevo va a ser peor que el viejo. En junio pasado, mientras esperábamos ansiosamente la publicación de los resultados de la segunda vuelta de la elección presidencial, muchos estaban convencidos de que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) no iba a aceptar la victoria de Mohammed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes, y que, incluso en el caso de que se lo proclamara vencedor, sería controlado por los militares, sin margen de maniobra propio.
Es importante entender qué pasó durante esos días asfixiantes del mes de junio. Ya en la noche de la segunda vuelta estaba claro que Morsi había ganado. La divulgación de los resultados se aplazó porque el CSFA tuvo una duda: ¿podía, a pesar de todo, proclamar vencedor a Ahmed Chafik, el candidato a quien había apoyado con todas sus fuerzas? Si no lo hizo no fue porque no quería, sino porque no podía: semejante decisión habría desencadenado consecuencias incalculables y acaso también una nueva insurrección popular. El CSFA daba cuenta así de que el pueblo egipcio no aceptaría bajo ningún aspecto una vuelta atrás. 
Pocos revolucionarios pudieron calcular lo que esta decisión significaba: el poder militar era en realidad mucho más débil de lo que pensaban. A pesar de todas sus maniobras y la represión constante de muchos movimientos de protesta durante casi 18 meses –con arrestos arbitrarios, juicios a civiles ante tribunales militares, tortura, etc.–, la era del CSFA llegaba a su fin.
Acaso tendríamos que haberlo comprendido en ese momento, calculando que el CSFA sería impotente frente a un presidente elegido en forma democrática por sufragio universal. Lo que pasó el 12 de agosto (la destitución del mariscal Tantawi) no fue, finalmente, sino la traducción de esta nueva relación de fuerzas.
Así, se logró uno de los principales objetivos de los revolucionarios luego de la caída de Mubarak –“que caiga el régimen de los militares” –, lo que no quiere decir que el ejército ya no vaya a tener ningún rol en la vida política, sino que va a estar en segunda fila. El hecho de que muchos revolucionarios subestimen este resultado se debe quizás a que tienen una visión demasiado simple de la revolución: durante las dos semanas en que se vio al pueblo egipcio sublevarse a principios de 2011 –un movimiento que provocó la admiración del mundo entero por su determinación y por su pacifismo–, se creó la ilusión de que el cambio radical era fácil, que Egipto podía transformarse rápidamente. Y por lo tanto que, si no cambiaba de inmediato, prevalecía la contra-revolución.
Pero cambiar Egipto, instaurar un régimen democrático estable, renovar las estructuras del Estado, impulsar el desarrollo económico y asegurar la justicia social requiere tiempo, esfuerzos, luchas continuas. Para hacer una comparación que con seguridad no es del todo pertinente, los objetivos de la Revolución francesa de 1789 tardaron un siglo en traducirse en una República estable y democrática (y así y todo con muchas insuficiencias). Un paralelismo más cercano se puede trazar con la caída de las dictaduras en América Latina: poco a poco se han ido estableciendo regímenes democráticos, pero se necesitaron diez o veinte años para que movimientos populares instauraran políticas más favorables para las clases más pobres. 

Sin un proyecto de país…

La destitución de los miembros del CSFA no marca el fin de la revolución. Y la elección de un nuevo presidente surgido de los Hermanos Musulmanes despierta temores e inquietudes, en parte justificados: ¿se avanza hacia una “hermanización” (ikhwaniyya) del Estado? Por primera vez los Hermanos Musulmanes, la única fuerza verdaderamente organizada, ejercen el poder en Egipto y, tanto por su estructura como por su ideología, esta organización puede ser tentada por una política de hegemonía. Pero, ¿tiene los medios? No lo creo.
En primer lugar, no cuenta con ningún proyecto para el país: su proyecto económico se inscribe en el cuadro del liberalismo económico que el poder anterior intentó imponer; su proyecto de política exterior también se inscribe en esta continuidad, incluso cuando el presidente Morsi tomó ciertas iniciativas positivas, como sus viajes a Teherán o a Pequín. Pero, ¿está preparado para imponer una política exterior independiente de los Estados Unidos y de los países del golfo?, ¿o una estrategia más activa acerca de la cuestión palestina?
Ahora bien, ninguna fuerza política puede imponer su hegemonía sobre el Estado si no cuenta con un proyecto claro. “El islam es la solución”, proclamaron los Hermanos durante décadas; pero ahora su gobierno tiene que mostrarle al pueblo egipcio cómo traducir ese eslogan en el plano económico o social, y no saben cómo hacerlo. Así, los mismos que explicaban que un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional era incompatible con el islam (los Hermanos Musulmanes y los salafistas) hoy explican lo contrario. Quienes denunciaban el acuerdo con Israel ahora lo aprueban. 
Además, ¿quién puede pensar que el pueblo egipcio que se rebeló contra Mubarak aceptará un régimen similar en el que los Hermanos Musulmanes sustituyan al Partido Nacional Democrático del ex presidente?
No estoy queriendo juzgar a los Hermanos Musulmanes. Son una fuerza política importante en el país y una parte de la solución a los problemas de Egipto: no se puede construir una democracia excluyéndolos, como demostró la experiencia de los años de Sadat y Mubarak. Integrarlos al juego político es indispensable. Hay que reconocer que ganaron las elecciones y hay que intentar, por medio del diálogo y la lucha política, que se impliquen en la construcción del orden democrático que Egipto necesita, pero que no es sino uno de los aspectos de la reconstrucción del país.
La lucha política no va a terminar ni mañana ni pasado mañana. Pero hay que ser capaz de llevarla al mejor terreno posible, que no es el de la religión. La creación de un gran frente unido de derecha e izquierda contra los Hermanos Musulmanes sólo puede favorecer la profundización de una línea de fractura en la cuestión del islam. El pueblo egipcio se rebeló contra un régimen autoritario, contra la corrupción y la pobreza; la juventud fue un elemento esencial de las movilizaciones. Es en el conjunto de esos terrenos donde los revolucionarios pueden dar pruebas de imaginación: proponiendo políticas de democratización de la vida del país, transformaciones económicas y sociales, defendiendo con prioridad a los más desfavorecidos. Sólo bajo esas condiciones podrán transformar profundamente las estructuras sociales del país, a imagen de lo que pasa en algunos países de América Latina. La juventud, chicos y chicas, que representa la mayor parte de la población pero que todavía está ampliamente marginada en todas las estructuras políticas (incluyendo las de izquierda) y en las instituciones (de la administración a los medios de comunicación), podría contribuir de manera decisiva: el relevo de las generaciones es una necesidad histórica.




* Esta nota fue originalmente publicada en Les blogs du Diplo, Le Monde diplomatique, París, http://blog.mondediplo.net/2012-09-10-La-revolution-en-Egypte-est-elle-finie



* De la Redacción de Le Monde diplomatique, París.

http://www.eldiplo.org/notas-web/en-egipto-la-lucha-continua/

La ilusión de la soberanía


KOSOVO, ¿FIN DE LA "SUPERVISIÓN" INTERNACIONAL?


Por Jean-Arnault Dérens*

Cuatro años después de declarada la independencia, Kosovo obtendría finalmente la “plena soberanía”. Sin embargo, todavía operan allí muchas misiones internacionales con prerrogativas inciertas.




El Grupo de Orientación sobre Kosovo (International Steering Group, ISG) se reunió por última vez en Pristina el 10 de septiembre pasado, antes de anunciar su autodisolución. Encargado de “supervisar” la independencia proclamada el 17 de febrero de 2008, el grupo reunía a representantes de veinticinco Estados que habían reconocido a Kosovo. Su “brazo armado” era la Oficina Civil Internacional (OCI), cuya actividad también ha terminado. El gobierno de Kosovo trató de darle el mayor prestigio posible a dicho cambio, pero –aunque los funcionarios repetían que el 10 de septiembre era “la fecha más importante en la historia de Kosovo desde la declaración de su independencia”– lo cierto es que no era un momento propicio para el júbilo popular.
En la práctica, el cierre de la OCI no significará un gran cambio para los ciudadanos de Kosovo. Su pequeño país sigue siendo el “patio de juegos” de un gran número de misiones con mandatos difusos y prerrogativas a menudo inciertas. Así, la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas (MINUK) sigue allí –según la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad, nunca derogada–, aunque el campo de acción y el personal de la misión se han visto drásticamente reducidos. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) también conserva atribuciones significativas en las muy imprecisas áreas de “democratización” y promoción de las minorías. 
Para el común de los ciudadanos, sin embargo, la presencia internacional más visible sigue siendo, sin duda, la Kosovo Force (KFOR), una misión militar de la OTAN cuyo número de efectivos pasó gradualmente de más de 50.000, en junio de 1999, a menos de 5000 hombres en la actualidad. Durante los últimos doce meses, sin embargo, la KFOR tuvo que pedir refuerzos para responder a la crisis en las zonas serbias en el norte de Kosovo (1). La policía y los agentes de aduana de la misión europea Eulex constituyen otra presencia muy visible. 

Misiones dudosamente neutrales

El 7 de septiembre, el Parlamento de Kosovo adoptó la ley que permite prorrogar el mandato de la misión Eulex hasta el 15 de junio de 2014. En teoría, dicha misión es “técnica” y debe permanecer “neutral” sobre la situación del país. En los hechos, su despliegue en todo el territorio, incluidos los enclaves serbios, es resultado de un acuerdo con Belgrado gracias a la mediación de Naciones Unidas. Además, cinco Estados miembro de la Unión Europea todavía no reconocen la independencia de Kosovo (2). Esta misión debe proporcionar apoyo a las instituciones locales en tres áreas que sin embargo nada tienen de “técnico”, sino que afectan a la esencia de las funciones gubernamentales, a saber: la policía, la Justicia y el control de las fronteras.
Según su área de asignación, su país de origen o incluso sus convicciones personales, los funcionarios, policías, jueces y fiscales de esta misión consideran a Kosovo a veces como un Estado independiente, a veces como una provincia del sur de Serbia o incluso como un territorio bajo administración provisional de Naciones Unidas, de acuerdo con la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad.
En este denso bosque de misiones y organizaciones internacionales presentes en el territorio, la OCI siempre ha tenido problemas para encontrar su lugar. En los hechos, esta organización era la encargada de implementar las recomendaciones del mediador de la ONU, Martti Ahtisaari. Sin embargo, el plan que en febrero de 2007 presentó el ex presidente finlandés y que preveía el acceso de Kosovo a una independencia “bajo supervisión internacional” nunca recibió el apoyo de Belgrado ni de sus aliados en el Consejo de Seguridad de la ONU. Por eso, el “plan Ahtisaari” carece de cualquier fundamento jurídico internacional y solo compromete a los países que hayan optado por aprobarlo.
Por otra parte, el modelo institucional implementado en Kosovo tampoco brillaba por su originalidad: era apenas poco más que un calco del dispositivo internacional que funciona en Bosnia-Herzegovina, donde el Alto Representante internacional es el encargado de poner en práctica las decisiones adoptadas por el Consejo de Aplicación de la Paz (Peace Implementation Council, PIC). Sin embargo, el marco establecido en Bosnia-Herzegovina es sin duda más sólido que el de Kosovo, puesto que el Alto Representante tiene una autoridad reconocida por todos los actores locales y se ubica bajo la responsabilidad conjunta del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Unión Europea. Además, el PIC reúne a los representantes de cincuenta y cinco países, entre ellos Rusia. Pero, a pesar de ello, esta pesada supervisión internacional no le permitió a Bosnia salir del bloqueo institucional y la crisis política que la corroe desde el retorno de la paz, en 1995 (3). Una nueva crisis se avecina, ya que la mayoría de los países europeos desafían el equilibrio de los poderes dentro de la tutela internacional y exigen un aumento del poder de decisión para el Representante Especial de la Unión Europea (REUE) en detrimento del Alto Representante internacional. A la inversa, Estados Unidos reafirmó su apoyo al Alto Representante, con la aprobación del Reino Unido y el incómodo silencio de Austria, puesto que el actual Alto Representante, Valentin Inzko, es un diplomático de este país (4). Esta cacofonía dentro de la tutela internacional, por supuesto, es objeto de regodeo para Sarajevo, mientras la situación en Kosovo se vuelve mucho más difícil.

Esquizofrenia institucional


En efecto, a falta de consenso internacional, la presencia y el papel del Representante Civil nunca fueron aprobados por el Consejo de Seguridad de la ONU. Y lo que es más molesto: la OCI ya no estaba bajo el paraguas de la Unión Europea aunque su líder, el diplomático holandés Pieter Feith, combinó esta función con la de Representante Especial de la Unión. En la práctica, esto significa que, en sus funciones de Representante Civil, Feith debería proporcionar apoyo a la construcción del Estado de Kosovo, mientras que en tanto REUE debe velar por la estricta “neutralidad” respecto de la situación del territorio. Hace un año ambos cargos se disociaron, lo cual puso fin a esta situación esquizofrénica, y desde diciembre de 2011 la Unión está representada en Kosovo por Samuel Zbogar, ex ministro de Asuntos Exteriores de Eslovenia.
En los hechos, desde la escisión de los dos cargos se planteó la cuestión de la supervivencia de la OCI; muchos países europeos –incluso algunos de los que reconocían la independencia de Kosovo– expresaron sus reservas. Los desacuerdos que conmocionan a la comunidad diplomática occidental en Kosovo son cada vez más abiertos y visibles. El embajador italiano en Pristina, Michael Giffoni, que es también “coordinador” de la Unión Europea para el norte de Kosovo, viene exigiendo desde hace meses una “nueva estrategia” para hacer frente a los problemas surgidos en esta área, estrategia que no se encuentra en el marco del plan de Ahtisaari.
Por lo demás, el analista kosovar Augustin Palokaj advierte que con la retirada de la OCI se va de Kosovo la única misión internacional que lo consideraba un Estado, pues ni la KFOR, ni la OSCE, ni la representación de la UE ni Eulex tratan a Kosovo como tal (5). Aunque los kosovares no vayan a extrañar la OCI, tampoco ven razón para celebrar su retirada.
Es cierto que el balance de la presencia internacional en Kosovo es particularmente negativo. En marzo de 2012, Feith calculó que la OCI había tenido éxito en “el 80% de sus objetivos”, pero el ex vice de Ahtisaari, el diplomático austríaco Albert Rohan, reconoció que “las cosas no habían evolucionado en la dirección correcta”, sobre todo en el norte de Kosovo (6), una región que está más cerca que nunca de la secesión. La soberanía de Pristina en esta área (que corresponde al 18% del territorio) es una ficción jurídica: al igual que los funcionarios de Pristina, los empleados de la OCI no podían entrar. Salvo que se considere un nuevo intento militar, que nadie parece querer, la solución a la cuestión del norte sólo puede dar como resultado nuevas conversaciones con Belgrado. Por ahora, el diálogo iniciado el año pasado bajo los auspicios de la Unión Europea solo concierne a cuestiones “técnicas” y de hecho no ha dado resultados significativos.
Serbia pide la reanudación de un diálogo político sobre el estatuto de Kosovo al que las autoridades de Pristina se niegan categóricamente, diciendo que todo lo que podía ser negociado ya lo fue en 2007, con la “mediación” de Ahtisaari, y que la independencia ya es un hecho. En realidad, aunque parece muy poco realista cuestionar esta independencia, sigue siendo cierto que es necesario un nuevo diálogo político, a riesgo de ver continuar el statu quo durante años según el “modelo” chipriota.
En realidad, el fin de la “supervisión” ejercida por la OCI indica, sobre todo, la voluntad de los países occidentales de desentenderse del tema, al menos parcialmente, y de dejarle un papel más importante a la ONU. El viaje a Kosovo del Secretario General Ban Ki-Moon, a fines de julio, fue una oportunidad para hacer un balance desastroso. En su informe, Ban Ki-Moon hizo especial énfasis en los bajísimos ingresos de los no albaneses, las amenazas a las que se ven expuestas las minorías, la falta de profesionalismo de la policía y la preocupante situación del norte de Kosovo (7).
Esta visita sirvió para recordar que la ONU sigue siendo un actor insoslayable (8). Ahora bien, Kosovo sigue siendo dejado de lado en Naciones Unidas, aun cuando, a la fecha, ha sido reconocido por más de noventa Estados. Durante el verano boreal, el gobierno de Pristina anunció el reconocimiento por parte de Malí y Nigeria, pero luego ambos países lo desmintieron categóricamente. De todos modos, el bloqueo de Rusia y China impide encarar una admisión de Kosovo en la ONU a corto plazo. Como consecuencia, el acceso del país a la mayoría de las organizaciones internacionales sigue estando prohibido, desde el Consejo de Europa hasta las federaciones deportivas internacionales (9).
Mientras el movimiento Vetëvendosja (“Autodeterminación”), una de las principales fuerzas de la oposición, exige el cese de todas las formas de tutela internacional y se pronuncia en el Parlamento en contra de la prórroga del mandato de Eulex, los kosovares saben que el cierre de la OCI no va a cambiar mucho. “Las decisiones importantes se toman en la embajada de Estados Unidos. A los europeos se los consulta por pura formalidad, y nuestros líderes políticos apenas ponen en práctica lo que se les pide”, opina Agron, partidario de Vetëvendosja.

1. “Vives tensions au Kosovo”, La valise diplomatique, www.monde-diplomatique.fr/carnet/2011-07-29-Kosovo, 29-7-11.
2. Chipre, España, Grecia, Rumania y Eslovaquia.
3. “Bosnia-Herzegovina, atrapada en los límites de Dayton”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, septiembre de 2008.
4. Matteo Tacconi, “Bosnie-Herzégovine : quand l’Union européenne tire à vue sur le Haut représentant international”, Le Courrier des Balkans, http://balkans.courriers.info, 10-9-12.
5. Augustin Palokaj, “Kosovo: la ‘pleine indépendance’, ce n’est toujours pas pour maintenant”, Le Courrier des Balkans, 13-9-12.
6. Serbeze Haxhiaj, “Kosovo: la fin de ‘l’indépendance supervisée’, l’échec d’ICO et l’avenir du Nord”, Le Courrier des Balkans, 7-6-12.
7. Belgzim Kamberi, “ONU : en visite au Kosovo, Ban Ki Moon s’inquiète de la situation dans le nord”, Le Courrier des Balkans, 25-5-12.
8. Pinteri Elias, “Kosovo: se la schizofrenia è internazionale”, Osservatorio Balcani e Caucaso, 12-9-12.
9. Como Kosovo no es miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), no estuvo representada en los Juegos de Londres.


* Jefe de Redacción de Le Courrier des Balkans (http://balkans.courriers.info). Autor (junto con Laurent Geslin), de Voyage au pays des Gorani (Balkans, début du XXIe siècle), Cartouche, París, 2010.


Traducción: Mariana Saúl

http://www.eldiplo.org/notas-web/la-ilusion-de-la-soberania/

Las islas de la discordia

ESCALADA DIPLOMÁTICA ENTRE CHINA Y JAPÓN


Por Christian Kessler*

La disputa por las Islas Senkaku-Diaoyu, situadas en el Mar de China Meridional y de gran importancia geoestratégica, volvió a generar fuertes tensiones entre China y Japón. Eje de un conflicto milenario, las islas son reclamadas por China, Japón y Taiwán.


La furia que China mostró en las últimas semanas estalló el 11 de septiembre pasado, cuando el gobierno japonés compró tres de las cinco islas del archipiélago Senkaku por la suma de 2.050 millones de yenes (21 millones de euros). Las islas pertenecían al empresario Kunioki Kurihara, residente de la prefectura de Saitama. Además de estas tres islas –Uotsurijima, Kita-Kojima, Minami-Kojima–, el Gobierno está interesado en adquirir una cuarta –Kubajima–, propiedad de Kazuko Kurihara, hermana del empresario. Hasta ahora, el Estado sólo era propietario de la quinta, Taishojima. Tres riscos, también deshabitados, completan el conjunto.
El Gobierno justificó la nacionalización asegurando que quería contrarrestar la ofensiva del gobernador de Tokio, Ishihara Shintaro, nacionalista confeso, que a menudo hace declaraciones intempestivas y que en 1993 escribió el incendiario panfleto Japón sin complejos. En efecto, ya el 16 de agosto Shintaro había anunciado el lanzamiento de una suscripción para la compra de estas islas, lo cual había dado lugar a protestas por parte de China y de Taiwán, que también las reclama como propias.

Historia del conflicto

Las fricciones son antiguas. Según los japoneses, el archipiélago deshabitado volvió al ámbito redil nacional cuando los estadounidenses devolvieron Okinawa, en 1972. Ellos creen que las reivindicaciones de Pekín y Taipéi datan recién de 1969, tras el descubrimiento de grandes reservas de hidrocarburos en el subsuelo marino de la zona en cuestión. En estos últimos años los incidentes se multiplicaron. En febrero de 2007, Japón protestó contra la intrusión de un barco de exploración chino; en octubre del mismo año, contra el intento de desembarco de los nacionalistas chinos. En 2008, un barco de la Guardia Costera japonesa y un barco pesquero taiwanés chocaron y provocaron el hundimiento de este último. Unos días después, nueve patrullas militares taiwanesas dieron vueltas en torno a Uotsuri-jima para luego regresar a Taiwán. En 2010, un barco chino que había venido a pescar por el archipiélago impactó contra dos barcos de la Guardia Costera japonesa, cerca de las islas; la tripulación china fue tomada prisionera. El 10 de diciembre de ese año, dos concejales de la ciudad de Ishigaki fueron a la isla de Minami-kojima. El 3 de enero de 2011, cuatro japoneses se dirigieron a Uotsuri-jima.
El verano (boreal) de 2012 aceleró las provocaciones: el 11 de julio, tres barcos pesqueros chinos penetraron en las aguas de las islas Senkaku; varios activistas de Hong Kong llegaron el 15 de agosto a las playas de la isla Uotsurijima con el fin de afirmar la soberanía china; pocos días después, activistas de la extrema derecha japonesa desplegaron la bandera nacional. La convocatoria del gobernador de Tokio permitió recaudar más de 1.400 millones de yenes (14 millones de euros), lo cual demuestra que la iniciativa goza de cierta simpatía por parte de la población.
A este enfrentamiento entre China y Japón han sido invitados los osos panda, convertidos en el símbolo de la diplomacia china. El 5 de julio nació un bebé panda cuyos padres, Shinshin (Zhen Zhen en chino) y Ri Ri (Li Li en chino) habían sido alquilados por el gobierno japonés en 2011, a un millón de dólares por año. El acontecimiento debía ser de buen augurio para las relaciones entre ambos países, pero el bebé murió repentinamente el 11 de julio. Unas pocas semanas antes, el 28 de junio, el gobernador de Tokio había propuesto nombrar al recién nacido Sen Sen o Kaku Kaku, dos ideogramas idénticos, de acuerdo con la tradición china, que entre ambos forman... el nombre de las islas Senkaku. Uno de los tantos chistes malos en los que se ha especializado.
El nombre original de las islas, Diaoyutai, que se remonta a la dinastía Ming (siglos XIV-XVII), sigue siendo utilizado hoy en Pekín. Un gran número de relatos de viaje dan cuenta de ello. También se mencionan en los mapas y se incluyen en el sistema de defensa costera del Imperio en el siglo XVI. Consideradas terra nullius (tierra de nadie), puesto que nunca fueron ocupadas por China, las islas fueron el regalo que la emperatriz Cixi hizo a Sheng Xuanhuai, uno de sus herbolarios, en 1893. El edicto de Cixi constituía, pues, una simple “pretensión de soberanía”. Los japoneses, al tanto del derecho occidental a fines de la era Meiji, la usaron en su provecho. En medio de la guerra sino-japonesa, se apresuraron a anexar las islas pocos meses antes del Tratado de Shimonoseki (1895), que declara su victoria sobre China y ratifica el asunto. Con un Estado-Nación sólidamente construido –a diferencia de China y Corea, que seguían enredadas en su feudalismo–, Japón se encontraba, a fines del siglo XIX, en condiciones de integrar administrativa y jurídicamente todo el perímetro de la periferia insular. Así fue como plantó la semilla de las discordias futuras (1).


Los japoneses ocuparon Senkaku-Diaoyu durante más de un siglo. En 1945, cuando los chinos recuperaron Taiwán (2), no exigieron la devolución de las islas. En cambio, estas quedaron bajo la administración de Estados Unidos, junto con la de Okinawa. Estados Unidos las devolvió en 1972, pero siguió siendo neutral en la cuestión de la soberanía porque su aliado, tanto entonces como ahora, era Japón. Según Tokio, estas islas también quedan incluidas en el ámbito de aplicación del tratado de seguridad Japón-Estados Unidos. Cualquier ataque chino contra ellas podría ser considerado un casus belli por los estadounidenses. Como resultado, las reivindicaciones de China han sido más simbólicas que otra cosa. Cuando se firmó el tratado de amistad sino-japonesa, en 1978, el entonces presidente chino, Deng Xiaoping, dijo que había que dejar la resolución de esta disputa fronteriza a las generaciones futuras.
A pesar del brote antijaponés de su población, Pekín prefiere mantener una concepción de las fronteras marítimas chinas históricamente flexible y privilegiar las relaciones económicas. Japón no separa la cuestión territorial de la de las zonas de pesca (3).
Para la Marina china, las islas tienen un interés estratégico enorme, porque constituyen un acceso al espacio oceánico. En 2004, la aparición de submarinos chinos en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) japonesa provocó una escalada de la tensión. Sobre todo porque, aun siendo puramente defensiva, la Marina japonesa, con sus barcos y sus modernísimos sistemas de misiles altamente sofisticados, es sin duda la mejor de Asia (4).
Estados Unidos, que ha decidido reforzar su presencia en Asia, reafirma su compromiso en la defensa de Japón mientras trata de calmar las aguas. Porque el clima entre Japón y la vecina Corea también se ha tensado: el 10 de agosto de este año, la inesperada visita del presidente Lee Myung a la isla de Takeshima (Tokto en coreano), ubicada en el mar del Japón (llamado “mar del Este” en Corea del Sur) y controlada por Corea del Sur pero reclamada por Japón, provocó la ira de Tokio. Pero por más tensas que sean estas relaciones, nada tienen que ver con aquella otras, explosivas, que mantienen el poder nipón y las autoridades chinas.
Vale la pena recordar, también, que Japón aún no ha resuelto su disputa territorial con Rusia por las islas Kuriles (5).

1. Philippe Pelletier, Le Japon, géographie, géopolitique et géohistoire, Sedes, 2007.
2. La isla fue ocupada por Japón al término de la guerra sino-japonesa, en 1895.
3. Serita Kentarô, Nihon no ryôdo (el territorio japonés), Tokio, Chûôkôronshinsha, 2002
4. Jean-Pierre Cabestan, La politique internationale de la Chine, Presses de Sciences Po, 2010.
5. Philippe Pelletier, ibíd.




Este artículo fue originalmente publicado en Les blogs du Diplo, Le Monde diplomatique, París, http://blog.mondediplo.net/2012-09-25-Iles-Senkaku-Diaoyu-aux-origines-du-conflit-sino





* Historiador, profesor invitado en el Ateneo Francés de Tokio. Su última obra publicada, de autoría colectiva, es Le Japon des samouraïs à Fukushima, Fayard/Pluriel, 2011 (reed. en 2012).


http://www.eldiplo.org/notas-web/las-islas-de-la-discordia?token=&nID=1


La mutación permanente de Venezuela

ELECCIONES PRESIDENCIALES


Por Gabriel Puricelli*

Las elecciones del 7 de octubre no sólo definen el futuro del país sino que tendrán consecuencias para toda la región. Varios factores vuelven a esta disputa más competitiva que las anteriores....

Aunque lejos esté de tratarse de escoger entre el original y la copia, la del 7 de octubre en Venezuela se presenta mucho más como una elección dentro del consenso neodesarrollista que como una opción entre éste y su antítesis. La dicotomía entre Hugo Chávez y Henrique Capriles es tan marcada como la que opuso antes al líder bolivariano con Henrique Salas Römer, Francisco Arias Cárdenas y Manuel Rosales, sus derrotados en las elecciones de 1998, 2000 y 2006, pero se destaca como una disputa más competitiva que las anteriores: muchas encuestas indican que el porcentaje de indecisos es mayor que la ventaja que el oficialismo le lleva a la oposición. Las elecciones parlamentarias de septiembre de 2010, en las que el Partido Socialista Unido de Venezuela y la oposición estuvieron separados por menos de un punto porcentual, son un antecedente a tener en cuenta. Varios factores hacen competitiva esta elección, entre ellos el desgaste natural de los 13 años en el poder del presidente Chávez, la erosión constante de una inflación elevada y los efectos de la recesión de 2009 y 2010.
Sin embargo, tal vez lo determinante sea la decisión de Capriles de situar su discurso y su práctica como gobernador del estado de Miranda y como alcalde de Baruta en unas coordenadas vecinas a las del chavismo, con su énfasis en la obra pública, la hiperactividad del Estado y la relación directa con la ciudadanía, sin mediaciones partidistas. El candidato antichavista no olvida nunca aludir a otra característica que también lo acerca a Chávez: no militó en los partidos que habían predominado en Venezuela en los 40 años anteriores al Caracazo. Se podría decir entonces que la amenaza electoral a Chávez proviene de una victoria estructural del chavismo, consistente en imponer una agenda política centrada en el acceso de las mayorías a los beneficios del crecimiento económico, que había estado ausente desde el agotamiento del boom petrolero de los tempranos 70.
Nada de esto indica que una victoria de la oposición no sería un cataclismo político dentro de Venezuela, con posteriores reverberaciones regionales. Una hipotética derrota de Chávez sería el primer traspié de un gobierno de la oleada de cambio que marcó la primera década del siglo XXI en el subcontinente. En cualquier caso, si es cierto que Capriles es competitivo porque ha aceptado participar de un consenso doméstico, no habrá que esperar tampoco que los acuerdos de política exterior sudamericanos se vean alterados radicalmente, como no lo han sido por la victoria de Sebastián Piñera en Chile o la llegada de Juan Manuel Santos al gobierno en Colombia. Por detrás de la retórica del cambio, operan mutaciones concretas que hacen difíciles los giros de 180 grados en la América del Sur de nuestros días.





* Presidente del Laboratorio de Políticas Públicas, www.lpp-buenosaires.net


© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur

http://www.eldiplo.org/160-hay-que-reformar-la-constitucion/la-mutacion-permanente-de-venezuela?token=&nID=1