lunes, 30 de noviembre de 2009

Genocidio

Genocidio
El genocidio o asesinato de masas es un delito internacional clasificado dentro del género crímenes contra la humanidad. Se entiende por genocidio cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal . Estos actos comprenden la muerte y lesión a la integridad física o moral de los miembros del grupo, el exterminio o la adopción de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el grupo. Una matanza por motivos de ideologías está en debate, pero no está firmemente considerado como genocidio.

Esa definición es similar a la reflejada en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948, y recogida en el Estatuto de la Corte Penal Internacional, de 1998, pero es objeto de cierta polémica en tanto a los grupos y a las acciones infligidas como a las causas por las que se llevan a cabo.

Evolución histórica
La palabra genocidio fue creada por Raphael Lemkin, judío de Polonia, en 1944, de las raíces genos (término griego que significa familia, tribu o raza) y -cidio (del latín -cidere, forma combinatoria de caedere, matar). Lemkin quería referirse con este término a las matanzas por motivos raciales, nacionales o religiosos. Su estudio se basó en el Genocidio perpetrado contra el pueblo armenio en 1915. Luchó para que las normas internacionales definiesen y prohibiesen el genocidio.

El Acuerdo o Carta de Londres de 8 de agosto de 1945, que estableció el Estatuto del Tribunal de Nuremberg, definió como "crímenes contra la humanidad" el "asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y cualquier otro acto inhumano contra la población civil, o persecución por motivos religiosos, raciales o políticos, cuando dichos actos o persecuciones se hacen en conexión con cualquier crimen contra la paz o en cualquier crimen de guerra".

En 1946, la Asamblea General de las Naciones Unidas confirmó los principios de Derecho internacional reconocidos por el Estatuto del Tribunal y proclamó la resolución 96 (I) sobre el crimen de genocidio, que define como "una negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros", entre ellos los "raciales, religiosos o políticos", instando a tomar las medidas necesarias para la prevención y sanción de este crimen.

Esta resolución cristalizó en la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 260 A (III), de 9 de diciembre de 1948, y que entró en vigor en 1951.

La definición de genocidio plasmada en la Convención de 1948 ha sido acogida en el artículo 4 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, de 1993, el artículo 2 del Estuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, de 1994, y el artículo 6 del Estatuto de Roma de 1998, por el que se creó la Corte Penal Internacional.

Regulación jurídica
Según lo dispuesto por la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, se entiende por genocidio cualquiera de los siguientes actos perpretados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso:

* Matanza de miembros del grupo;
* Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
* Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
* Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
* Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.

Junto al genocidio se castigan otros delitos conexos, que son la asociación para cometer genocidio, la instigación directa y pública, la tentativa y la complicidad.

Las personas acusadas de genocidio serán juzgadas, de acuerdo con el artículo 6 de la Convención, en un tribunal competente del territorio donde se cometió el delito. No obstante, ha surgido paralelamente un derecho consuetudinario por el que los tribunales de cualquier Estado podrían juzgar casos de genocidio, aunque fueran cometidos por no nacionales y fuera de su territorio. También la Corte Penal Internacional puede conocer de este delito, siempre y cuando sea competente por haberse reconocido su jurisdicción.

La Convención afirma que es irrelevante que el acusado sea gobernante, funcionario o particular y declara que, a efectos de extradición, no se considerará al genocidio como delito político.

La imprescriptibilidad
La prescripción en derecho penal es el instituto jurídico por medio del cual se produce la extinción de la persecución de los delincuentes en razón del transcurso del tiempo.

El genocidio es una especie del género crimen contra la humanidad o crimen de lesa humanidad y su imprescriptibilidad se encuentra regulada por Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad de 26 de noviembre de 1968.

Controversia sobre el alcance del concepto

Se ha debatido mucho sobre el sentido y alcance de la palabra genocidio. No se trata de algo relacionado con la guerra, pues, según Karl von Clausewitz, el fin de la guerra es desarmar al enemigo, no exterminarlo. El genocidio o asesinato en masa también se diferencia del asesinato en serie, que consiste en el asesinato sucesivo y periódico de personas aisladas, mientras que el genocidio es "una negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros", de acuerdo con la Asamblea General de Naciones Unidas. El genocidio tiene, en este sentido, un carácter masivo, por lo que con frecuencia necesita de la colaboración efectiva de una estructura social.

Algunas de las críticas al alcance del concepto de genocidio se centran en el hecho de que no se considere como tal más que los actos realizados contra grupos nacionales, étnicos, raciales y religiosos, y no los realizados por otros motivos, como los sociales o políticos. Si bien el borrador inicial de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio contemplaba y extendía la definición de genocidio a estas matanzas, posteriormente se eliminó la referencia ante la necesidad de contar con el apoyo del bloque comunista (representado mayoritariamente por la URSS), que objetó esta acepción.

Esta restricción del concepto, afirman estas voces, puede significar la expiación de gobiernos totalitarios que durante el siglo XX llegaron a matar a más de 100 millones de sus propios ciudadanos. En todo caso, estos actos podrían calificarse como crímenes de lesa humanidad, constitutivos de delito internacional de acuerdo con el artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional.

Se discute si puede definirse como genocidio a:

* El uso de armas de destrucción masiva por gobernantes.
* El uso excesivo de la fuerza contra civiles indefensos.
* El asesinato político de masas, como ocurre con el terrorismo político y religioso clandestino o el terrorismo de estado.
* Los actos realizados por gobernantes elegidos democráticamente, en cuyo caso se habla de pueblos reos de la Humanidad.

Caso Akayesu
Constituye un hito mundial al ser considerada la primera condena internacional por Genocidio y la primera en reconocer la violencia sexual como actos constitutivos de genocidio. El Tribunal Penal Internacional para Ruanda, creado el 8 de noviembre de 1994, en el caso Akayesu, declaró a un acusado culpable de violación por no haber impedido ni detenido una violación en su calidad de oficial, y no por haberla cometido personalmente. El tribunal consideró que la violación constituía tortura y que, dadas las circunstancias, la violación generalizada, como parte de unas "medidas dirigidas a impedir nacimientos dentro del grupo", constituía un acto de genocidio. Por ejemplo, en las sociedades donde la pertenencia a una etnia está determinada por la identidad del padre, violar a una mujer para dejarla embarazada puede impedirle dar a luz a su hijo en el seno de su propio grupo.

Jean Paul Akayesu, antiguo alcalde de la ciudad ruandesa de Taba, fue arrestado en Zambia el 10 de octubre de 1995 y fue transferido a la Unidad de Detención del Tribunal en Arusha el 26 de mayo de 1996. El juicio comenzó en junio de 1997 y el 2 de septiembre de 1998 la Cámara Procesal I lo encontró culpable de genocidio, incitación directa y pública a cometer genocidio y crímenes de lesa humanidad. El 2 de octubre de 1998 fue sentenciado a prisión de por vida. Akayasu cumple condena a cadena - perpetua en una prisión de Malí.

Eugenesia nazi

Eugenesia nazi

La eugenesia nazi consistió en una serie de políticas sociales que situaron a la mejora de la raza por medio de la eugenesia en el centro de sus preocupaciones. Estuvo dirigido a aquellos seres humanos que los nazis identificaron como una "vida indigna de ser vivida" (en alemán, Lebensunwertes Leben), incluyendo pero no limitado a los delincuentes, enfermos mentales, discapacitados físicos, disidentes políticos, pedófilos, homosexuales, haraganes, dementes, religiosos y débiles, para la eliminación de la cadena hereditaria.

Antecedentes
Las acciones para llevar a cabo estos programas médicos, como por ejemplo la intensa propaganda y fundamentación ideológico-"científica", comenzó mucho antes del régimen nazi. Tanto las leyes de higiene racial como el programa de eutanasia tienen sus raíces en las organizaciones internacionales y en el movimiento médico internacional a favor de la eugenesia y la eutanasia, así como en las respectivas legislaciones y programas llevados a cabo en varios países, como por ejemplo la esterilización masiva de gente señalada como enfermos hereditarios en países como Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Noruega, Francia, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Islandia y Suiza, durante la primera mitad del siglo XX. Las primeras legislaciones eugenésicas de esterilización forzada y masiva así como las restricciones legales a la inmigración según criterios médicos racistas se implementaron en los Estados Unidos a principios del siglo XX mucho antes del régimen nazi. También aquellas organizaciones médicas y eugenésicas estimularon o promovieron legislaciones en favor de la eutanasia en Alemania mucho antes del régimen nazi por ejemplo en los años 70 del siglo XIX y en los años 20 del siglo XX, y hubo también programas de eutanasia en Escandinavia, Francia y Suiza donde fueron eliminados innumerables enfermos.

Puntos de vista de Hitler sobre la eugenesia
Adolf Hitler había leído algunos escritos sobre higiene racial durante su período de encarcelamiento en la prisión de Landsberg am Lech. El futuro líder consideró que Alemania sólo podía ser fuerte de nuevo, si el Estado aplicaba a la sociedad alemana los principios básicos de la higiene racial y la eugenesia.

Los conceptos de las ideas racistas de competencia que fundamentaron el darwinismo social fueron discutidos por científicos europeos y también en la prensa vienesa durante la década de 1920, pero la forma exacta como Hitler recogió estas ideas es incierta. En 1876, Ernst Haeckel discutió la política de infanticidio selectivo de la ciudad griega de Esparta. En su Segundo Libro, que se mantuvo inédito durante la Alemania Nazi, Hitler también elogió Esparta porque la consideraba el primer "Estado Völkisch". Apoyó lo que percibió como un tratamiento eugenésico de los niños deformes:

Esparta debe ser vista como el primer Estado Völkisch. La exposición de los enfermos, los débiles, los niños deformes, en definitiva, su destrucción, era más decente y en verdad mil veces más humana que la miserable locura de nuestro tiempo que preserva a los sujetos más patológicos y, de hecho, lo hace a cualquier precio; y, sin embargo, toma la vida de cientos de miles de niños sanos como consecuencia del control de la natalidad o por medio de abortos, para, posteriormente, engendrar una raza de degenerados cargados de enfermedades.

Aplicación de las políticas eugenésicas
La Alemania Nazi estableció una política oficial de higiene racial, que incluía unas leyes (Leyes de Núremberg) que restringían los matrimonios con gente señalada como perteneciente a razas inferiores, un programa de esterilizaciones forzadas, un programa Lebensborn para promover el nacimiento de gente de "raza aria", por medio de la provisión de buenos cuidados médicos y el acceso restringido de parejas a través de selecciones médicas que aplicaban criterios eugenésicos y raciales. Derivado de esas políticas médicas de higienización racista de la sociedad, también fue implementado un programa médico de eutanasia denominado Aktion T4 para la eliminación de gente estigmatizada como enfermos incurables, tarados, débiles, ancianos, niños deformes, etc. considerados un lastre para la sociedad.

Durante el programa de esterilizaciónes masivas, más de 400.000 personas fueron esterilizadas contra su voluntad, mientras que 275.000 fueron asesinadas en la Aktion T4 y otros programas de eutanasia derivados directamente de aquel.Esta política de higiene racial también tuvo como consecuencia el exterminio sistemático de millones de personas -por ejemplo judíos, gitanos, homosexuales, etc.- llevado a cabo en los campos de concentración y exterminio, utilizando métodos como el gaseamiento que habían sido desarrollados e implementados previamente por los médicos durante el programa de eutanasia. Incluso en algunos casos se utilizó al mismo personal médico y sanitario de aquel programa, pues estos fueron los encargados de establecer los criterios y seleccionar en los campos de exterminio a la gente que debía ser eliminada.

Eugenesia

Eugenesia
La eugenesia es una filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante varias formas de intervención.[1] Las metas perseguidas han variado entre la creación de personas más sanas e inteligentes, el ahorro de los recursos de la sociedad y el alivio del sufrimiento humano. Los medios antiguamente propuestos para alcanzar estos objetivos se centraban en la selección artificial, mientras los modernos se centran en el diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la orientación genética, el control de natalidad, la fecundación in vitro y la ingeniería genética. Sus oponentes arguyen que la eugenesia es inmoral y está fundamentada en, o es en sí misma, una pseudociencia. Históricamente, la eugenesia ha sido usada como justificación para las discriminaciones coercitivas y las violaciones de los derechos humanos promovidas por el estado, como la esterilización forzosa de personas con defectos genéticos, el asesinato institucional y, en algunos casos, el genocidio de razas consideradas inferiores.

La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde muy antiguo, al menos desde Platón, pero su versión moderna fue formulada por vez primera por Sir Francis Galton en 1865, recurriendo al reciente trabajo de su primo Charles Darwin. Desde sus inicios, la eugenesia (término derivado del griego ‘bien nacido’ o ‘buena reproducción’) fue apoyada por destacados pensadores, incluyendo a Alexander Graham Bell, George Bernard Shaw y Winston Churchill. La eugenesia fue una disciplina académica en muchos institutos y universidades. Su reputación científica se vino abajo en los años 1930, época en la que Ernst Rüdin empezó a incorporar la retórica eugenésica a las políticas raciales de la Alemania nazi. Durante el periodo de posguerra, gran parte tanto del público como de la comunidad científica asociaba la eugenesia con los abusos nazis, que incluyeron la «higiene racial» y la exterminación, si bien varios gobiernos regionales y nacionales mantuvieron programas eugenésicos hasta los años 1970.

Significados de la eugenesia
La eugenesia, desde su mismo principio, significó muchas cosas diferentes para muchas personas diferentes. Históricamente, el término ha sido usado para cubrir cualquier cosa comprendida entre el cuidado prenatal de las madres hasta la esterilización forzada y la eutanasia. En el pasado tuvieron lugar muchos debates, algunos de los cuales continúan en la actualidad, sobre qué se considera exactamente parte de la eugenesia.[2]

El término eugenesia se usa a menudo para referirse a los movimientos y políticas sociales que tuvieron influencia a principios del siglo XX. En un amplio sentido histórico, la eugenesia también puede ser el estudio de la «mejora de las cualidades genéticas humanas». Algunas veces se aplica para describir en términos generales cualquier acción humana cuya finalidad sea mejorar el acervo genético. Algunas formas de infanticidio en las sociedades antiguas, la actual reprogenética, los abortos preventivos y los bebés de diseño han sido llamados (a veces de forma controvertida) eugenesia.

Debido a sus finalidades normativas y a su relación histórica con el racismo científico, así como al desarrollo de la ciencia de la genética, la comunidad científica internacional se ha desvinculado casi totalmente del término eugenesia, calificándola a veces de pseudociencia, si bien pueden encontrarse defensores de lo que se conoce como eugenesia liberal. Las investigaciones modernas sobre los potenciales usos de la ingeniería genética ha llevado a una cada vez mayor invocación de la historia de la eugenesia en discusiones sobre bioética, la mayoría de las veces de forma cautelar. Algunos bioéticos sugieren que incluso los programas de eugenesia no coactiva serían inherentemente poco éticos, si bien este punto de vista ha sido cuestionado por pensadores tales como Nicholas Agar.[3]

Los eugenesistas defienden políticas específicas que (de tener éxito) llevarían a una mejora observable del acervo genético humano. Puesto que el definir qué mejoras son deseables o beneficiosas es percibido como una elección cultural más que un asunto que pueda determinarse objetivamente (es decir, por investigaciones empíricas y científicas), la eugenesia ha sido considerada a menudo una pseudociencia. El aspecto más discutido de la eugenesia ha sido la definición de «mejora» del acervo genético humano, como qué es una característica beneficiosa y qué es un defecto. Este aspecto de la eugenesia ha sido históricamente contaminado con racismo científico.

Los primeros eugenesistas estaban más preocupados con los factores observables de la inteligencia que a menudo se correlacionan fuertemente con la clase social. Muchos eugenesistas se inspiraron en la cría selectiva de animales (donde se suele trabajar para lograr pura razas) como analogía para la mejora de la sociedad humana. La mezcla de razas (o miscegenación) solía ser considerada como algo a evitar en nombre de la pureza racial. En aquella época este concepto parecía tener cierto respaldo científico, y siguió siendo un asunto beligerante hasta que el desarrollo avanzado de la genética llevó al consenso científico de que la división de especies humanas en razas desiguales es injustificable. Algunos ven esto como un consenso ideológico, dado que la igualdad, lo mismo que la desigualdad, es una elección cultural más que un asunto que pueda ser determinado objetivamente.

La eugenesia también se ha preocupado por la eliminación de enfermedades hereditarias tales como la hemofilia y la enfermedad de Huntington. Sin embargo, hay varios problemas en calificar ciertos factores como «defectos genéticos»:

* En muchos casos no hay consenso científico sobre lo que es un «defecto genético». A menudo se argumenta que es más un asunto de elección social o individual.
* Lo que parece ser un «defecto genético» en un contexto o entorno puede no serlo en otro. Este puede ser el caso de los genes con una ventaja heterocigota, como la anemia falciforme y la enfermedad de Tay-Sachs, que en su forma heterocigota pueden ofrecer una ventaja contra, respectivamente, la malaria y la tuberculosis.
* Muchas personas minusválidas o inválidas pueden tener éxito en la vida.
* Muchas de las enfermedades que los primeros eugenesistas identificaron como hereditarias (por ejemplo la pelagra) se consideran actualmente imputables completa o al menos parcialmente a las condiciones medioambientales.

Parecidas preocupaciones han surgido cuando el diagnóstico prenatal de una enfermedad congénita lleva al aborto (véase también diagnóstico genético preimplantacional).

Las políticas eugenésicas han sido clasificadas conceptualmente en dos categorías: eugenesia positiva, que fomenta la mayor reproducción de los designados «más aptos», y la eugenesia negativa, que desaconseja o impide la reproducción de los designados «menos aptos». La eugenesia negativa no necesita ser coactiva: un estado podría ofrecer recompensas económicas a ciertas personas que se sometan a la esterilización, si bien algunos críticos podrían responder que este incentivo, junto con la presión social, podría percibirse como coacción. La eugenesia positiva también puede ser coactiva: el aborto en mujeres «aptas» era ilegal en la Alemania nazi.

Durante el siglo XX, muchos países promulgaron políticas y programas eugenésicos, incluyendo:

* Promoción de tasas de natalidad diferenciales
* Esterilización obligatoria
* Tratamiento jurídico del aborto
* Restricción del matrimonio
* Exploración genética
* Control de natalidad
* Control de la inmigración
* Segregación (tanto racial como de los enfermos mentales)
* Genocidio

La mayoría de estas políticas fueron posteriormente consideradas coactivas, restrictivas o genocidas, y actualmente son pocas las jurisdicciones que incluyen políticas explícitamente clasificadas de eugenésicas o inequívocamente eugenésicas en esencia. Sin embargo, algunas organizaciones privadas ayudan a la gente con servicios de orientación genética, y la reprogenética puede ser considerada una forma de eugenesia «liberal» no patrocinada por el estado.

Historia
Teoría de Galton
La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde muy antiguo, al menos desde Platón, quien creía que la reproducción humana debía ser controlada por el gobierno. Platón registró estos puntos de vista en La República: «que los mejores cohabiten con las mejores tantas veces como sea posible y los peores con las peores al contrario». Platón proponía que el proceso se ocultase al público mediante una especie de lotería. Otros ejemplos antiguos incluyen la supuesta práctica de las polis de Esparta de abandonar a los bebés débiles fuera de los límites de la ciudad para que murieran. Sin embargo, dejaban a todos los bebés fuera durante un periodo de tiempo, considerándose más fuertes a los supervivientes, mientras muchos bebés supuestamente más débiles fallecían.

Durante los años 1860 y 1870, Sir Francis Galton sistematizó estas ideas y costumbres de acuerdo al nuevo conocimiento sobre la evolución del hombre y los animales provisto por la teoría de su primo Charles Darwin. Tras leer El origen de las especies de éste, Galton observó una interpretación de la obra de Darwin a través de la cual los mecanismos de la selección natural eran potencialmente frustrados por la civilización humana. Galton razonó que, dado que muchas sociedades humanas buscaban proteger a los desfavorecidos y los débiles, dichas sociedades estaban reñidas con la selección natural responsable de la extinción de los más débiles. Sólo cambiando estas políticas sociales, pensó Galton, podría la sociedad ser salvada de una «reversión hacia la mediocridad», un frase que acuñó primero en estadística y que más tarde cambio a la hoy frecuente «regresión hacia la media».

Galton esbozó por vez primera su teoría en el artículo de 1865 «Talento y personalidad hereditarios» (Hereditary Talent and Character), explicándola luego más detalladamente en su libro de 1869 El genio hereditario. Galton comenzó estudiando la forma en la que los rasgos humanos intelectuales, morales y de personalidad tendían a presentarse en las familias. Su argumento básico era que el «genio» y el «talento» eran rasgos hereditarios en los humanos (aunque ni él ni Darwin tenían aún un modelo de trabajo para este tipo de herencia). Galton concluyó que, puesto que puede usarse la selección artificial para exagerar rasgos en otros animales, podían esperarse resultados similares al aplicar estas prácticas en humanos. Como escribió en la introducción de El genio hereditario:
Me propongo mostrar en este libro que las habilidades naturales del hombre se derivan de la herencia, bajo exactamente las mismas limitaciones en que lo son las características físicas de todo el mundo orgánico. Consecuentemente, como es fácil a pesar de estas limitaciones lograr mediante la cuidadosa selección una raza permanente de perros o caballos dotada de especiales facultades para correr o hacer cualquier otra cosa, de la misma forma sería bastante factible producir una raza de hombres altamente dotada mediante matrimonios sensatos durante varias generaciones consecutivas.

Galton, El genio hereditario, 1

Según Galton, la sociedad ya fomentaba las enfermedades disgenéticas, afirmando que los menos inteligentes se reproducían más que los más inteligentes. Galton no propuso sistema de selección alguno, sino que esperaba que se hallaría una solución cambiando las buenas costumbres sociales de forma que animasen a la gente a ver la importancia de la reproducción.

Galton usó por primera vez la palabra eugenesia en su libro de 1883 Investigaciones sobre las facultades humanas y su desarrollo (Inquiries into Human Faculty and Its Development), en el que quiso «mencionar los diversos tópicos más o menos relacionados con el cultivo de la raza o, como podríamos llamarlo, con las cuestiones “eugenésicas”». Incluyó una nota a pie para la palabra que rezaba:
Esto es, con cuestiones relacionadas con lo que se denomina en griego eugenia, a saber, de buen linaje, dotado hereditariamente de cualidades nobles. Esta y las palabras relacionadas (eugénico, etcétera) son igualmente aplicables a hombres, bestias y plantas. Deseamos enormemente una palabra breve para aludir a la ciencia de la mejora del linaje, que en modo alguno se limita a las cuestiones de emparejamientos sensatos, sino que, especialmente en el caso del hombre, toma conciencia de todas las influencias que tienden a dar aunque sea en remoto grado a las razas o variedades más aptas una mejor oportunidad de prevalecer más rápidamente sobre los menos aptos de lo que de otra forma habría hecho. La palabra eugenesia expresaría suficientemente esta idea, siendo como mínimo una palabra más efectiva que viricultura, que una vez me aventuré a usar.
Francis Galton, Inquiries into human faculty and its development (Londres, Macmillan, 1883), pág. 17, nota 1

En 1904 Galton aclaró su definición de eugenesia como «la ciencia que trata sobre todas las influencias que mejoran las cualidades innatas de una raza, y también con aquellas que las desarrollan hasta la mayor ventaja.»

La formulación de Galton de la eugenesia estaba basada en un fuerte enfoque estadístico, fuertemente influenciado por la «física social» de Adolphe Quetelet. Sin embargo, a diferencia de éste Galton no exaltaba al «hombre medio» sino que lo despreciaba por mediocre. Galton y su heredero estadístico Karl Pearson desarrollaron lo que se llamó el enfoque biométrico de la eugenesia, que desarrolló nuevos y complejos modelos estadísticos (más tarde exportados a campos completamente diferentes) para describir la herencia de los rasgos. Sin embargo, con el redescubrimiento de las leyes de la herencia de Gregor Mendel, surgieron dos bandos separados de defensores de la eugenesia. Uno estaba formado por estadísticos y otro por biólogos. Los primeros creían que los segundos tenían modelos matemáticos excepcionalmente primitivos, mientras los biólogos creían que los estadísticos sabían poco sobre biología.

La eugenesia terminó aludiendo a la reproducción humana selectiva como intento de obtener niños con rasgos deseables, generalmente mediante el enfoque de influir sobre las tasas de natalidad diferenciales. Estas políticas se clasificaban en su mayoría en dos categorías: eugenesia positiva, la mayor reproducción de los que se consideraba que contaban con rasgos hereditarios ventajosos, y la eugenesia negativa, la disuasión de la reproducción de los que tenían rasgos hereditarios considerados malos. En el pasado, las políticas eugenésicas negativas han ido de intentos de segregación a esterilizaciones e incluso genocidio. Las políticas eugenésicas positivas han tomado típicamente la forma de premios o bonificaciones para los padres «aptos» que tenían otro hijo. Prácticas relativamente inocuas como la orientación matrimonial tenían vínculos primitivos con la ideología eugenésica.

La eugenesia era diferente de lo que más tarde se conocería como darwinismo social. Aunque ambos sostenían que la inteligencia era hereditaria, la eugenesia afirmaba que eran necesarias nuevas políticas para cambiar activamente el statu quo hacia un estado más «eugenésico», mientras los darwinistas argumentaban que la propia sociedad «advertiría» naturalmente el problema de la «disgenesia» si no se ponían en práctica políticas de bienestar social (por ejemplo, los pobres podrían reproducirse más pero tendrían tasas de mortalidad más elevada).

Eugenesia en Latinoamérica
Las políticas estatales de algunos países latinoamericanos defendieron el predominio social blanco incrementando la inmigración europea y erradicando las poblaciones indígenas. Esto puede ser particularmente obvio en Argentina y Brasil, países en los que este proceso se conoce como blanqueamiento y branqueamento, respectivamente.

La eugenesia y el Estado (1890-1945)
Uno de los primeros defensores modernos de las ideas eugenésicas (antes de que fueran clasificadas como tales) fue Alexander Graham Bell. En 1881 Bell investigó la tasa de sordera en Martha's Vineyard, Massachusetts. De esto concluyó que la sordera era de naturaleza hereditaria y recomendó la prohibición del matrimonio con sordos («Memoria sobre la formación de un tipo de sordera en la raza humana») incluso a pesar de que él mismo estaba casado con una sorda. Como muchos otros de los primitivos eugenesistas, propuso controlar la inmigración con fines eugenésicos y advirtió que los colegios internos para sordos podrían considerarse posiblemente como lugares de cría de una raza humana sorda.

Aunque la eugenesia es hoy relacionada a menudo con el racismo, no siempre fue así: tanto W.E.B. DuBois como Marcus Garvey apoyaron la eugenesia o ideas similares como forma de reducir el sufrimiento de los afroamericanos y mejorar su estatura. Muchos métodos legales de eugenesia incluyeron leyes estatales contra la miscegenación o la prohibición de los matrimonios interraciales. La Corte Suprema de los Estados Unidos derogó estas leyes estatales en 1967 y declaró inconstitucionales las leyes antimiscegenación.

La Alemania nazi de Adolf Hitler fue famosa por los programas eugenésicos que intentaban mantener una raza alemana «pura» mediante una serie de medidas recogidas bajo la llamada «higiene racial». Entre otras actividades, los nazis realizaron extensivos experimentos en seres humanos vivos para comprobar sus teorías genéticas, yendo desde la simple medida de las características físicas a los horrendos experimentos efectuados por Josef Mengele y Otmar von Verschuer con gemelos en los campos de concentración. Durante los años 1930 y 1940, el régimen nazi esterilizó forzosamente a cientos de miles de personas a los que consideraba mental y físicamente «no aptos» (se estima que unas 400.000 entre 1934 y 1937). La escala del programa nazi provocó que los defensores estadounidenses de la eugenesia buscasen una ampliación del suyo, con alguna queja sobre que «los alemanes nos están ganando en nuestro propio juego».[8] Los nazis fueron incluso más allá, matando decenas de miles de inválidos oficiales mediante programas obligatorios de «eutanasia».

También implantaron varias políticas eugenésicas positivas, otorgando premios a las mujeres arias que tenían un gran número de hijos y promoviendo un servicio en el que mujeres solteras «racialmente puras» eran fecundadas por oficiales de las SS (Lebensborn). Muchas de sus preocupaciones sobre la eugenesia y la higiene racial estuvieron también presentes en su exterminio sistemático de millones de personas «indeseables», incluyendo judíos, gitanos, testigos de Jehová y homosexuales durante el Holocausto (buena parte del equipo y los métodos de exterminio usados en los campos fueron desarrollados inicialmente en un programa de eutanasia). El alcance y la coacción de los programas eugenésicos alemanes, junto con el fuerte uso de la retórica eugenésica y la llamada «ciencia racial» durante todo el régimen, crearon una indeleble asociación cultural entre la eugenesia y el Tercer Reich en los años de posguerra.

El segundo mayor movimiento eugenésico se dio en los Estados Unidos. Comenzando con Connecticut en 1896, muchos estados aprobaron leyes sobre el matrimonio con criterios eugenésicos, prohibiendo casarse a cualquiera que fuese «epiléptico, imbécil o débil mental». En 1898 Charles B. Davenport, un prominente biólogo estadounidense, comenzó como director de una estación de investigación biológica situada en Cold Spring Harbor unos experimentos sobre la evolución de plantas y animales. En 1904, Davenport recibió fondos del Instituto Carnegie para fundar la Estación de Evolución Experimental. La Eugenics Record Office (’Oficina de Registro de Eugenesia’) abrió en 1910 mientras Davenport y Harry H. Laughlin empezaban a promocionar la eugenesia.

Durante el siglo XX, los investigadores se vieron intrigados por la idea de que las enfermedades mentales podían transmitirse dentro de las familias y llevaron a cabo varios estudios para documentar la heredabilidad de enfermedades tales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión. Desafortunadamente estos intereses terminaron asociados con el movimiento eugenesista. A finales del siglo XIX y principios del XX se promulgaron leyes estatales para prohibir el matrimonio y forzar la esterilización de los enfermos mentales con el fin de evitar la «transmisión» de las enfermedades mentales a la siguiente generación. Estas leyes fueron ratificadas por la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1927 y no fueron abolidas hasta mediados de siglo. Para 1945 unos 45.000 enfermos mentales habían sido esterilizados forzosamente.

En los años siguientes, la Eugenics Record Office reunió una enorme colección de árboles genealógicos y concluyó que quienes eran no aptos procedían de entornos económica y socialmente pobres. Eugenesistas tales como Davenport, el psicólogo Henry H. Goddard y el conservacionista Madison Grant (todos muy respetados en su época) empezaron a presionar para lograr diversas soluciones políticas al problemas de los «no aptos». (Davenport abogaba por la restricción de la inmigración y la esterilización como métodos principales, Goddard recomendaba la segregación en su libro La familia Kallikak, y Grant era partidario de todo lo anterior y más, abrigando incluso la idea del exterminio.) Aunque su metodología y métodos de investigación se consideran actualmente muy defectuosos, en la época se consideró una investigación científica legítima. Tuvo sin embargo detractores científicos (notablemente Thomas Hunt Morgan, uno de los pocos mendelistas en criticar explícitamente la eugenesia), si bien la mayoría de ellos se centraron más en la primitiva metodología de los eugenesistas y en la consideración de casi cualquier característica humana como hereditaria, que en la idea de la eugenesia en sí.

La idea del «genio» y el «talento» fue también considerada por William Graham Sumner, un fundador de la American Sociological Society (actual American Sociological Association), quien mantenía que si el gobierno no interfería en la política social de laissez faire, surgiría una clase de genios en la cima del sistema de estratificación social, seguida de una clase de talentos. La mayor parte del resto de la sociedad caería en la clase de los mediocres. Aquellos que eran considerados anormales (retrasados mentales, minusválidos, etcétera) tenían un efecto negativo sobre el proceso social al consumir recursos necesarios. Deberían ser dejados solos para que se valiesen por sí mismo. Pero los de la clase de delincuentes (criminales, pervertidos, etcétera) deberían ser eliminados de la sociedad.

Con la aprobación de la ley de inmigración Johnson-Reed, los eugenesistas jugaron por vez primera un papel protagonista en el debate del Congreso como expertos asesores sobre la amenaza de «linajes inferiores» procedentes del este y el sur de Europa. Esto redujo el número de inmigrantes del extranjero al 15% de años anteriores, al controlar el número de individuos «no aptos» que entraban al país. La nueva ley reforzó las anteriores que prohibían la mezcla racial en un intento por conservar el acervo genético. Las consideraciones eugenésicas también estuvieron tras la aprobación de leyes sobre el incesto en buena parte de los Estados Unidos y fueron usadas para justificar muchas leyes antimiscegenación.

Algunos estados esterilizaron a los «imbéciles» durante buena parte del siglo XX. La Corte Suprema de los Estados Unidos sentenció en el caso Buck contra Bell de 1927 que el estado de Virginia podía esterilizar a los considerados no aptos. La época más importante de esterilización eugenésica fue entre 1927 y 1963, cuando unas 64.000 personas fueron esterilizadas forzosamente bajo las leyes eugenésicas de los Estados Unidos.[ Un informe favorable sobre los resultados de la esterilización en California, con mucho el estado que más esterilizaciones realizó, fue publicado con formato de libro por el biólogo Paul Popenoe y sería ampliamente citado por el gobierno nazi como evidencia de que los programas masivos de esterilizaciones eran factibles y humanos. Cuando los dirigentes nazis fueron juzgados por crímenes de guerra en los Juicios de Núremberg tras la Segunda Guerra Mundial, justificaron las esterilizaciones masivas (unas 450.000 en menos de una década) citando a los Estados Unidos como sus inspiradores.

Otros países

Casi todos los países occidentales no católicos adoptaron algunas leyes eugenésicas. En julio de 1933 Alemania aprobó una ley que permitía la esterilización involuntaria de «borrachos, criminales sexuales y lunáticos hereditarios e incurables, y de aquellos que padezcan una enfermedad incurable que pudiera transmitirse a su descendencia».[19] Canadá llevó a cabo miles de esterilizaciones forzosas hasta los años 1970. Muchos First Nations (nativos canadienses), así como inmigrantes del este de Europa, fueron objeto de este programa que identificaba como genéticamente inferiores a las minorías raciales y étnicas. Suecia esterilizó por la fuerza a 62.000 personas, principalmente enfermos mentales en las últimas décadas, pero también minorías étnicas y raciales al principio, como parte de un programa eugenésico que duró 40 años. Como fue el caso de otros programas, se creía que la etnia y la raza tenían relación con la salud mental y física. Aunque el programa no era del agrado de muchos suecos, los políticos normalmente lo apoyaban, más como un medio de mejorar la salud social que como la medida de proteccionismo racial que en realidad era. (El gobierno sueco ha indemnizado posteriormente a los afectados.) Aparte de los programas a gran escala de los Estados Unidos, otros países como Australia, el Reino Unido, Noruega, Francia, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Islandia y Suiza llevaron a cabo programas de esterilización de personas declaradas deficientes mentales por el estado. Singapur practicó una forma limitada de eugenesia positiva que incluía la promoción del matrimonio entre graduados universitarios con la esperanza de que engendrarían mejores hijos.[20]

Varios autores, notablemente Stephen Jay Gould, han afirmado repetidamente que las restricciones sobre la inmigración aprobadas en los Estados Unidos durante los años 1920 (y derogadas en 1965) estuvieron motivadas por las metas de la eugenesia, en particular por el deseo de excluir a las razas consideradas inferiores del acervo genético nacional. Durante el comienzo del siglo XX, los Estados Unidos y Canadá empezaron a recibir un número muy superior de inmigrantes del sur y el este de Europa. Eugenecistas influyentes como Lothrop Stoddard y Harry Laughlin (quien fue designado como testigo experto por el Comité del Congreso para Inmigración y Naturalización en 1920) presentaban el argumento de que estas eran razas inferiores que contaminarían el acervo genético nacional si su número no se restringía. Se ha argumentado que esto movió a Canadá y los Estados Unidos a aprobar leyes que creaban una jerarquía de nacionalidades, clasificándolas desde los más deseables anglosajones y nórdicos hasta los inmigrantes chinos y japoneses, a quienes se prohibió casi completamente entrar al país.[21] Sin embargo, varias personas, incluyendo a Franz Samelson, Mark Snyderman y Richard Herrnstein, han argumentado que, basándose en el examen de los registros de los debates del Congreso sobre política de inmigración, no se dio virtualmente consideración alguna a estos factores. Según estos autores, las restricciones fueron primordialmente motivadas por el deseo de mantener la integridad cultural del país frente al fuerte influjo de los extranjeros.[22] Esta interpretación, sin embargo, no es aceptada por la mayoría de los historiadores de la eugenesia.

En las últimas décadas, se ha denunciado en Australia el engaño por parte de médicos, que aprovechando el desconocimiento y confusión respecto a la medicina y lenguaje occidental, sonsacaban sesgadas autorizaciones para ejecutar ligaduras de trompas de Falopio de mujeres aborígenes, incluso sin hijos, cuando acudían a revisar otros problemas a los hospitales. Estas prácticas subrepticias buscaban reducir la natalidad entre las etnias naturales del continente.

Algunos de los que no están de acuerdo con la idea de la eugenesia en general sostienen que a pesar de ello la legislación eugenésica tuvo beneficios. Margaret Sanger (fundadora de Planned Parenthood of America) halló que era una herramienta útil para impulsar la legalización de los métodos anticonceptivos. En su tiempo la eugenesia era vista por muchos como científica y progresista, como aplicación natural del conocimiento sobre reproducción al campo de la vida humana. Antes de los campos de exterminio de la Segunda Guerra Mundial, la idea de que la eugenesia pudiera llevar al genocidio no era considerada seriamente.

Estigmatización de la eugenesia en los años siguientes al nazismo

Tras la experiencia de la Alemania nazi, políticos y miembros de la comunidad científica renegaron públicamente de muchas de las ideas sobre la «higiene racial» y los miembros «no aptos» de la sociedad. Los Juicios de Núremberg contra antiguos dirigentes nazis revelaron al mundo muchas de las prácticas genocidas del régimen y llevaron a la formalización de políticas de ética médica y la declaración sobre las razas de la Unesco en 1950. Muchas sociedades científicas publicaron sus propias «declaraciones raciales» parecidas con los años, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, desarrollada en respuesta a los abusos cometidos en la Segunda Guerra Mundial, fue adoptada por la ONU, afirma en su Artículo 16 que «Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia».[23] A continuación, la declaración de la UNESCO en 1978 sobre la raza y los prejuicios raciales declara que la igualdad fundamental de todos los seres humanos es el ideal hacia el que deberían converger la ética y la ciencia.

Como reacción a los abusos nazis, la eugenesia pasó a ser casi universalmente vilipendiada en muchas de las naciones en las que había sido una vez popular (sin embargo, los programas eugenésicos, inluyendo la esterilización, continuaron discretamente durante décadas). Muchos eugenesistas dedicados antes de la guerra a lo que más tarde sería calificado como «criptoeugenesia» enterraron decididamente sus creencias eugenésicas y se convirtieron en respetados antropólogos, biólogos y genetistas en la posguerra (incluyendo a Robert Yerkes en los Estados Unidos y Otmar von Verschuer en Alemania). El eugenesista californiano Paul Popenoe fundó la orientación familiar durante los años 1950, un cambio de profesión que surgió de sus intereses eugenésicos por promover los «matrimonios saludables» entre personas «aptas».

Los libros de texto de educación secundaria y universitaria solían tener entre 1920 y 1940 capítulos sobre el progreso científico que supondría la aplicación de principios eugenésicos sobre la población. Muchas publicaciones científicas antiguas dedicadas a la genética eran editadas por eugenesistas e incluían artículos eugenésicos junto con estudios sobre la herencia en organismos no humanos. Después de que la eugenesia cayese en desgracia ante la comunidad científica, la mayor parte de las referencias a la eugenesia fueron eliminadas de los libros de texto y de las subsecuentes ediciones de las publicaciones importantes. Incluso cambiaron los nombres de algunas publicaciones para reflejar las nuevas actitudes. Por ejemplo, Eugenics Quarterly se convirtió en 1969 en Social Biology (la revista sigue existiendo, pero se parece poco a su predecesora). Entre los miembros notables de la American Eugenics Society (1922–94) durante la segunda mitad del siglo XX se incluyen Joseph Fletcher, creador de la ética situacional; el Dr. Clarence Gamble de la farmacéutica Procter & Gamble y Garrett Hardin, un defensor del control de natalidad y autor de La tragedia de los comunes.

A pesar del cambio de actitud de la posguerra sobre la eugenesia en los Estados Unidos y Europa, unos pocos países, notablemente Canadá y Suecia, mantuvieron programas eugenésicos a gran escala, incluyendo la esterilización forzosa de inviduos con taras mentales, así como otras prácticas, hasta los años 1970. En los Estados Unidos, las esterilizaciones se abolieron en los años 1960, a pesar de que el movimiento eugenésico había perdido la mayor parte de su popularidad y apoyo político a finales de los años 1930.

Eugenesia moderna e ingeniería genética

Desde comienzos de los años 1980, cuando el conocimiento sobre la genética avanzó significativamente, la historia y conceptos eugenésicos han sido ampliamente discutidos. Esfuerzos como el Proyecto Genoma Humano han logrado que la modificación efectiva de la especie humana vuelva a parecer posible (como hizo la teoría original de la evolución de Darwin en los años 1860, junto con el redescubrimiento de las leyes de Mendel a principios del siglo XX). La diferencia a principios del siglo XXI fue la actitud cautelosa hacia la eugenesia, que se había convertido en una consigna a temer más que abrazar.

Sólo unos pocos investigadores científicos (como el controvertido psicólogo Richard Lynn) han pedido abiertamente la adopción de políticas eugenésicas usando tecnología moderna, pero representan una opinión minoritaria en los actuales círculos científicos y culturales.[27] Un intento de implantación de una forma de eugenesia fue un «banco de esperma de genios» (1980-99) creado por Robert Klark Graham, del que fueron concebidos cerca de 230 niños (el donante más conocido fue el ganador del premio Nobel William Shockley). Sin embargo, en Estados Unidos y Europa estos intentos han sido frecuentemente criticados por tener el mismo espíritu racista y clasista que las iniciativas eugenésicas de los años 1930. En cualquier caso, los resultados han sido desiguales en el mejor de los casos.

Debido a su relación con la esterilización forzosa y los ideales raciales del Partido Nazi, la palabra «eugenesia» rara vez es usada por los defensores de tales programas.

Sólo unos pocos gobiernos tienen actualmente algo parecido a un programa eugenésico en el mundo. En 1994 China aprobó la Ley de Asistencia Sanitaria Maternal e Infantil, que incluía una exploración premarital obligatoria para «enfermedades genéticas de naturaleza grave» y «enfermedades mentales relevantes». A quienes diagnosticaban tales enfermedades se les obligaba a no casarse, a aceptar «medidas anticonceptivas a largo plazo» o a someterse a la esterilización.

Una política parecida de exploraciones (incluyendo la exploración prenatal y el aborto) destinada a reducir la incidencia de la talasemia existe en las dos partes de la isla de Chipre. Desde la implantación del programa en los años 1970, se ha reducido el porcentaje de niños nacidos con esta enfermedad sanguínea hereditaria de 1 de cada 158 a prácticamente cero. Dor Yeshorim, un programa que busca reducir la incidencia de la enfermedad de Tay-Sachs en ciertas comunidades judías, es otro programa de diagnóstico que ha atraído comparaciones con la eugenesia. En Israel, a costa del estado, se anima a la población en general a realizar pruebas genéticas para diagnosticar enfermedades antes del nacimiento de un bebé. Si se diagnostica la enfermedad de Tay-Sachs a un feto puede optarse por la interrupción del embarazo de forma voluntaria. La mayoría de las demás comunidades judías askenazíes también efectúan programas de diagnóstico debido a las altas tasas de incidencia de ciertas enfermedades hereditarias. En algunas comunidades judías, la antigua costumbre de la tercería (shidduch) se sigue practicando, y en un intento por evitar la tragedia de la muerte infantil que siempre resulta de ser homocigótico para la Tay-Sachs, asociaciones como la fuertemente religiosa Dor Yeshorim (que fue fundada por un rabí que perdió cuatro hijos por esta enfermedad para evitar que otros sufrieran la misma tragedia) realizan pruebas a las parejas jóvenes para comprobar si tienen riesgo de transmitir esta enfermedad o alguna otra mortal. Si ambos resultan ser portadores de Tay-Sachs, es frecuente que el compromiso se rompa. El Judaísmo, como muchas otras religiones, desaconseja el aborto salvo que haya riesgo para la madre, en cuyo caso la salud de ésta tiene preferencia. Debe también advertirse que, dado que todos los niños con la enfermedad morirán en su infancia, estos programas intentan evitar tales tragedias más que directamente erradicar el gen, lo que es una coincidencia secundaria.

En la literatura bioética moderna, la historia de la eugenesia presenta muchas cuestiones morales y éticas. Los comentaristas han sugerido que la «nueva eugenesia» surgirá de tecnologías reproductivas que permitirán a los padres crear los llamados «bebés de diseño» (lo que el biólogo Lee M. Silver denominó prominentemente «reprogenética»). Se ha argumentado que este tipo «no coactivo» de «mejora» biológica estará predominantemente motivada por la competitividad individual y el deseo de lograr «las mejores oportunidades» para los hijos más que por el impulso de mejorar la especie completa que caracterizó las formas de eugenesia de principios del siglo XX. Debido a esta naturaleza no coactiva, la falta de implicación del estado y las diferencias en las metas, algunos comentaristas han cuestionado que estas actividades sean eugenésicas o algo más en conjunto.

Algunos activistas prominusválidos argumentan que aunque sus discapacidades pueden provocarles dolor y malestar, lo que realmente les incapacita como miembros de la sociedad es un sistema sociocultural que no reconoce su derecho a un trato genuinamente igualitario. También se muestran escépticos sobre que alguna forma de eugenesia pudiera beneficiar a los discapacitados si se tiene en cuenta el trato que le dispensaron las campañas eugenésicas históricas.

James D. Watson, el primer director del Proyecto Genoma Humano, inició el Programa de Implicaciones Éticas, Legales y Sociales (Ethical, Legal and Social Implications Program), que ha financiado varios estudios sobre las implicaciones de la ingeniería genética humana (junto con un importante sitio web sobre la historia de la eugenesia), porque:
Al situar la ética tan pronto en la agenda del genoma, esta dando respuesta a mi propio temor personal de que demasiado pronto los críticos del Proyecto Genoma Humano señalarían que era un representante del Cold Spring Harbor Laboratory que una vez albergó a la controvertida Eugenics Record Office. Mi no formación de un programa ético sobre el genoma podría rápidamente ser usada como falsa evidencia de que era un eugenesista secreto, teniendo como propósito real a largo plazo la identificación inequívoca de los genes que llevan a la estratificación social y ocupaciones así como de los que justifican la discriminación racial.
James D. Watson, A passion for DNA: Genes, genomes, and society (Cold Spring Harbor, Nueva York: Cold Spring Harbor Laboratory Press, 2000): 202.

Distinguidos genetistas incluyendo a los ganadores del premio Nobel John Sulston («No creo que uno deba traer al mundo a un niño claramente minusválido») y Watson («Una vez que tienes una forma para mejorar a nuestro hijos, nadie puede detenerla») apoyan el diagnóstico genético. Qué ideas deberían ser descritas como «eugenésicas» sigue siendo un asunto polémico en círculos de investigadores y de opinión pública. Algunos observadores como Philip Kitcher han descrito el uso del diagnóstico genético por parte de los padres como la habilitación de una forma de eugenesia «voluntaria».

Algunas subculturas modernas defienden diferentes formas de eugenesia apoyada por clonación humana e ingeniería genética humana, algunas veces como parte de un nuevo culto (véase el movimiento raeliano, cosmoteísmo o prometeísmo). Estos grupos hablan también de «neo-eugenesia», «evolución consciente» o «libertad genética».

Los rasgos conductuales identificados también como potenciales objetivos de modificación mediante ingeniería genética humana incluyen la inteligencia, la depresión, la esquizofrenia, el alcoholismo, el comportamiento (u orientación) sexual y la delincuencia.

Más recientemente, en el Reino Unido podría decirse que el caso La Corona contra James Edward Whittaker-Williams sentó un precedente al prohibir el contacto sexual entre personas con «problemas de aprendizaje». El acusado, un hombre con problemas de aprendizaje, fue encarcelado por besar y abrazar a una mujer de la misma condición. Este fallo se basó en la Ley de Delitos Sexuales de 2003, que redefine los besos y abrazos como sexuales y afirma que las personas con problemas de aprendizaje son incapaces de dar su consentimiento independientemente de que el acto implique coacción o no. Los opositores a esta ley la han atacado por traer de vuelta la eugenesia por la puerta de atrás bajo el disfraz de la exigencia de «consentimiento».

Críticas

Enfermedades frente a rasgos
Mientras la ciencia de la genética ha provisto cada vez más medios para poder identificar y entender ciertas características y enfermedades, dada la complejidad de la genética humana, la cultura y la psicología, no hay en este momento medio alguno para determinar qué rasgos serían definitivamente deseables o indeseables. Las manipulaciones eugenésicas destinadas a reducir la propensión hacia la criminalidad y la violencia, por ejemplo, podrían resultar en que la población terminase siendo esclavizada por un agresor externo si pierde la capacidad de defenderse a sí misma. Por otra parte, las enfermedades genéticas como la hemocromatosis puede incrementar la vulnerabilidad ante algunas dolencias, provocar deformidades físicas y otras disfunciones. Las medidas eugenésicas contra muchas de estas enfermedades ya están siendo emprendidas en países de todo el mundo, mientras las medidas contra rasgos que afectan más sutilmente y se entienden peor, como la criminalidad, están relegadas al ámbito de la especulación y la ciencia ficción. Los efectos de las enfermedades son en esencia totalmente negativos y las sociedades de todas partes buscan reducir su incidencia por varios medios, algunos de los cuales son eugenésicos en todo salvo el nombre. Los otros rasgos que se discuten tienen efectos tanto positivos como negativos y generalmente no se controlan en la actualidad en ningún lugar.

Pendiente resbaladiza

Una crítica comúnmente avanzada a la eugenesia es que, como queda demostrado por su historia, inevitablemente lleva a medidas que resultan poco éticas (Lynn 2001). H. L. Kaye escribió que «la verdad obvia es que eugenesia ha sido desacreditada por los crímenes de Hitler» (Kaye 1989). R. L. Hayman argumentó que «el movimiento eugenésico es anacrónico, siendo reveladas sus implicaciones políticas por el Holocausto» (Hayman 1990).

Steven Pinker ha afirmado que es «una opinión ortodoxa entre los académicos de izquierda que los genes implican genocidio.» Ha respondido a esta «opinión ortodoxa» comparando la historia del marxismo, que tenía la posición opuesta a la del nazismo sobre los genes:
Pero el siglo XX sufrió dos ideología que llevaron a genocidios. La otra, el marxismo, no tenía uso para la raza, no creía en los genes y negaba que la naturaleza humana fuese un concepto significativo. Claramente, no es un énfasis en los genes o la evolución lo que es peligroso. Lo es el deseo de rehacer la humanidad mediante métodos coactivos (eugenesia o ingeniería social) y la creencia de que la humanidad avanza gracias a una lucha en la que los grupos superiores (raza o clases) triunfan sobre los inferiores
Steve Sailer

Richard Lynn argumenta que cualquier filosofía social es susceptible de uso ético incorrecto. Aunque los principios cristianos han ayudado a la abolición de la esclavitud y la institución de programas de bienestar social, Lynn advierte que la iglesia cristiana también ha quemado a muchos disidentes y ha hecho la guerra contra los infieles, asesinando los cruzados cristianos a gran número de mujeres y niños. También argumenta que la respuesta apropiada es condenar estas muertes, pero creer que el cristianismo «inevitablemente lleva a la exterminación de aquellos que no aceptan su doctrina» carece de justificación (Lynn 2001).

Diversidad genética
Las políticas eugenésicas también llevan a perder diversidad genética, en cuyo caso una mejora culturalmente aceptada del acervo genético puede, si bien no necesariamente, terminar en un desastre biológico debido a una mayor vulnerabilidad a las enfermedades, menor capacidad de adaptación a los cambios ambientales y otros factores tanto conocidos como desconocidos. Este tipo de argumento procedente del principio de precaución es a su vez ampliamente criticado. Un plan eugenésico a largo plazo es probable que lleve a su escenario parecido debido a que la eliminación de rasgos considerados indeseables reduciría la diversidad genética por definición.

Por el contrario, algunos estudios parecen mostrar que las tendencias disgenésicas llevan a una menor diversidad genética, una tendencia que en teoría podría ser contrarrestada con un programa eugenésico.

La posible eliminación del genotipo del autismo es un asunto político importante para el movimiento por los derechos de los autistas, que sostiene que el autismo es una forma de neurodiversidad. Muchos defensores de los derechos de los afectados por el síndrome de Down (trisomía del par 21) consideran esta enfermedad un tipo de neurodiversidad, a pesar de que los hombres afectados suelen ser estériles.

Rasgos recesivos heterocigóticos
En algunos casos los esfuerzos por erradicar ciertas mutaciones de un único gen resultarían baldíos. En el caso de que la enfermedad en cuestión fuese un rasgo recesivo heterocigótico, el problema es que tras la eliminación del rasgo visible no deseado, quedarían aún tantos genes para la enfermedad en el genoma como los que fueron eliminados en virtud del principio de Hardy-Weinberg, que afirma que los genes de una población se definen como pp+2pq+qq en el punto de equilibrio. Mediante el diagnóstico genético sería posible detectar todos los rasgos recesivos heterocigóticos, pero supondría un coste enorme con la tecnología actual. Bajo circunstancias normales sólo es posible eliminar un alelo dominante del genoma. Los rasgos recesivos pueden ser reducidos drásticamente, pero nunca eliminados a menos que se conozca la composición genética completa de todos los miembros de la población, como se ha mencionado antes. Dado que sólo unos pocos rasgos indeseados, como la enfermedad de Huntington, son dominantes, el valor práctico de «eliminar» rasgos es bastante bajo.

Contraargumentos

Reductio ad Hitlerum

Algún sitio web sobre lógica ha usado la sentencia «La eugenesia debe ser mala porque estuvo relacionada con los nazis» como un ejemplo típico de la falacia de asociación conocida como reductio ad Hitlerum. La estigmatización de la eugenesia por esta asociación, por otra parte, no ha frenado en absoluto la aplicación de tecnología médicas que disminuyen la incidencia de los defectos congénicos ni tampoco la investigación sobre sus causas.

Disgenesia

Los defensores de la eugenesia a menudo se preocupan por el declive disgenésico de la inteligencia, que creen que llevará al colapso de la actual civilización y que también ha sido la causa del colapso de anteriores civilizaciones.[cita requerida] Este declive haría que la eugenesia fuese un mal necesario, ya que el posible sufrimiento humano provocado por ella palidecería en comparación con dicha catástrofe

Beneficios

Pequeñas diferencias en el CI medio de todo el grupo podrían teóricamente tener grandes efectos sobre los resultados sociales. Herrnstein y Murray alteraron el CI medio (100) de la muestra del National Longitudinal Survey of Youth estadounidense borrando aleatoriamente a individuos con un CI inferior a 103 hasta que la media poblacional subió a 103. Este cálculo fue realizado dos veces y promediado para evitar errores de la selección aleatoria. El nuevo grupo con un CI medio de 103 resultó tener una tasa de pobreza un 25% menos que un grupo con un CI medio de 100. También se midieron correlaciones sustanciales parecidas en las tasas de fracaso escolar, criminalidad y otros indicadores.

Se sigue discutiendo sobre si un incremento global de la inteligencia realmente incrementa la salud nacional, pues el CI está parcialmente correlacionado con el estatus socioeconómico, que no cambiaría en absoluto.

La eugenesia en la cultura popular

La eugenesia es un tema recurrente en la ciencia ficción (a menudo distópica). La novela Un mundo feliz de Aldous Huxley explora el tema en profundidad, al igual que la más reciente (y científicamente actualizada) película Gattaca, cuya trama gira en torno al diagnóstico genético. Boris Vian (bajo el pseudónimo Vernon Sullivan) adoptó un enfoque más alegre en su novela Que se mueran los feos.

Algunas de las novelas que tocan este tema son La puerta al país de las mujeres de Sheri S. Tepper y Esa horrible fortaleza de C. S. Lewis. Las Guerras Eugenésicas son una parte importante de la historia de fondo del universo de Star Trek (episodios Semilla espacial, Tierra fronteriza, Estación Fría 12, Los amplificados y la película La ira de Khan). La eugenesia es también una parte importante de la trama de la película de James Bond Moonraker (el personaje del villano Sir Hugo Drax fue basado en Adolf Hitler).

En la serie de novelas Dune de Frank Herbert los programas de reproducción selectiva constituyen un tema importante. Al comienzo de la serie, la orden religiosa Bene Gesserit manipula los patrones reproductivos durante muchas generaciones para crear al Kwisatz Haderach. En Dios Emperador de Dune, el emperador Leto II vuelve a manipular la reproducción humana para lograr sus propios fines. Los Bene Tleilax también emplearon la ingeniería genética para crear seres humanos con atributos genéticos concretos.

Tiende a haber una contracorriente eugenésica en el concepto de ciencia ficción del supersoldado. Varias representaciones de estos supersoldados suelen mostrarlos criados para el combate o seleccionados genéticamente para que tengan rasgos beneficiosos para el combate.

En las novelas Los hijos de Matusalén y Tiempo para amar de Robert A. Heinlein, se crea un gran fondo de inversiones para dar incentivos financieros a los matrimonios (las Familias Howard) entre personas cuyos padres y abuelos han sido longevos. El resultado es un subconjunto de la población de la Tierra que tiene una esperanza de vida significativamente mayor que la media. Los miembros de este grupo aparecen en muchas de las otras obras de este autor.

En el libro de Eoin Colfer The Supernaturalist, Ditto es un bebé Bartoli, nombre de un experimento fallido del famoso Dr. Bartoli, quien intentó crear una raza superior de humanos, pero terminó en desarrollo atrofiado, con mutaciones, incluyendo percepción extrasensorial e imposición de manos.

En la serie televisiva de ciencia ficción de Gene Roddenberry Andrómeda, toda la raza nietzscheana está fundada sobre los principios de la reproducción selectiva.

En la serie del Mundo Anillo, de Larry Niven, el personaje Teela Brown es un resultado de varias generaciones de ganadores de la «lotería de la procreación», un sistema que intenta animar a las personas ganadoras a procrear.

En la 2ª temporada de Dark Angel, el principal villano Ames White es miembro de una secta conocida como el «Cónclave», que ha infiltrado en varios niveles de la sociedad a una raza de superhumanos. Esta secta intenta exterminar a todos los transgénicos, incluyendo al protagonista Max Guevara, a quien ven como un ser genéticamente impuro por tener algún ADN animal mezclado con el ADN humano.

Supremacismo blanco

Supremacismo blanco
La supremacía blanca o supremacismo blanco es una ideología que sostiene que la raza blanca (definida ésta por elementos biológicos, culturales e incluso morales y otros elementos inciertos) es superior a otras razas. El supremacismo blanco suele asociarse con el racismo en contra del hombre negro y el antisemitismo, aunque también ha sustentado la discriminación hacia los amerindios, chinos,e inmigrantes del sudeste asiático

Por ejemplo, los Estados Unidos antes y después de la Guerra de Secesión Norteamericana, eran supremacistas blancos tanto en lo político como en lo social y económico, del mismo modo que lo fue Sudáfrica durante el Apartheid. En la actualidad se debate intensamente sobre la influencia continua del supremacismo blanco, su alcance y naturaleza en la cultura occidental.

La supremacía blanca se emplea a veces en un sentido algo más amplio, defendiendo no solamente la idea filosófica de que la raza blanca es superior a otras razas, sino que aquella debería ejercer su dominio sobre éstas. Grupos separatistas y nacionalistas blancos, para distinguirse de los supremacistas blancos, enfatizan su rechazo de esta definición más limitada.

Origen de la supremacía blanca

Según James Loewen en Lies my Teacher Told me, la supremacía blanca tuvo su origen en la Era de los Descubrimientos, momento en el que las naciones de Europa trataron de encontrar una justificación ideológica tanto a la conquista de poblaciones indígenas como a la trata de esclavos africanos de raza negra. La esclavitud, el antisemitismo y otros fenómenos, ciertamente, se han asociado a la existencia de la supremacía blanca con bastante anterioridad a ese periodo histórico pero el concepto de que los pueblos no blancos acusaban una inferioridad biológica innata parece haberse dado al mismo tiempo que los cambios tecnológicos militares y de organización social que hicieron posible la expansión de las potencias imperiales europeas — mediante la conquista y colonización — por vastos territorios del mundo.

Supremacía blanca en la historia
Después de Colón la supremacía blanca llegó a ser la ideología dominante en el mundo anglosajón y fue muy practicada en la mayor parte de Europa y, lo que es más importante (debido a la presencia de mayores contingentes de población no blanca), también en los territorios de ultramar conquistados o colonizados por británicos sobre todo, no así en los territorios conquistados por españoles, en los que la mezcla racial fue aceptada desde el principio y donde la mayor barrera entre españoles y americanos era religiosa, el americano era aceptado si aceptaba el Cristianismo. Ello ha tenido como resultado que la mayoría de la población hispanoamericana sea mestiza hoy día, hecho inexistente en las antiguas colonias británicas; en éstas, por ejemplo en muchos estados de los Estados Unidos, los no blancos fueron privados del derecho al voto y de la posibilidad de ostentar cargos de gobierno (o incluso ejercer el funcionariado) aún hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. Los nativos americanos en los Estados Unidos y Canadá, así como los aborígenes de Australia, a menudo fueron vistos como meros obstáculos a la colonización blanca antes que como seres humanos de pleno derecho. Varios países de la cuenca del Pacífico colonizados por europeos, en ocasiones, opusieron fuertes limitaciones a la inmigración y la nacionalización de individuos de los países asiáticos del Pacífico, normalmente apoyándose abiertamente en el supremacismo blanco. Los Estados Unidos dieron a los estados de forma individual la posibilidad de prohibir los matrimonios interraciales hasta 1967 (véase el caso judicial: Loving contra Virginia), mientras que Rhodesia tuvo un régimen abiertamente supremacista blanco hasta 1979 y Sudáfrica hasta la década de 1990.

En los Estados Unidos la idea de la supremacía blanca estaba especialmente arraigada. En su época fundacional, había esclavos negros incluso en estados del norte del país, como Nueva York. Los estados del sur de los Estados Unidos, hasta la Guerra de Secesión, mantuvieron una economía de plantaciones sustentada en los esclavos negros. Incluso en aquellas zonas del sur donde los afroamericanos constituían una mayoría, sistemáticamente carecieron del derecho al voto, excepto durante el breve lapso de la Reconstrucción (1866-1877) tras la Guerra de Secesión. Los gobiernos estatales y locales, así como organizaciones como el Ku Klux Klan, desempeñaron una eficaz resistencia a la extensión de los derechos civiles. El propio Ku Klux Klan, hasta principios de los años 1960, practicaba linchamientos y ejecuciones extrajudiciales que eran tácitamente tolerados.

En el resto de los Estados Unidos, la situación era generalmente más benévola, pero —por lo menos hasta la segunda mitad del siglo XX— de acuerdo a la regla no escrita, se esperaba de las personas no blancas que supieran cuál era "su sitio". Por ejemplo, muy pocos de los principales centros de enseñanza superior admitían a estudiantes que no fueran blancos, y si lo hacían, los admitían en cuotas muy reducidas. Estas restricciones no se aplicaban únicamente a afroamericanos, sino que también, durante buena parte de los siglos XIX y XX, afectaban a asiáticos, indígenas y judíos. Los afroamericanos que llegaron a recibir educación universitaria lo hicieron en su mayoría en lo que ahora se conoce como las "Universidades Negras Históricas" (Historically Black Colleges and Universities). Muy pocos afroamericanos ostentaron cargos públicos: tras el periodo llamado de la Reconstrucción de la Guerra de Secesión, ninguno llegó al Senado hasta que Edward W. Brooke lo lograra en 1966. Nunca habia habido un presidente no blanco en los Estados Unidos hasta la victoria electoral de Barack Obama frente a John McCain en las elecciones presidenciales del 4 de Noviembre 2008. George Ariyoshi, de Hawaii, en 1974, se convirtió en el primer asiático-americano que llegó a ser gobernador de un estado.

En Sudáfrica, una vez terminadas las luchas intercolonialistas entre ingleses y holandeses, el nacimiento del estado se basaba en la adsoluta discriminación de los nativos, y los habitantes e inmigrantes, no blancos, que solo representaban mano de obra explotable y laboriosa. En este contexto surgió la figura pública de Ghandi, inmigrante universitario de origen indio. La minoría de origen europeo, apenas un 17,5% de la población, después de la segunda guerra mundial recrudeció aun mas sus posiciones segregacionistas y en 1948, al triunfar la corriente más extrema de esa tendencia, el apartheid, adquirió características aun más drásticas, que se tradujeron en la obligatoriedad de que todos los habitantes nativos tuvieran que aprender la lengua afrikaans, una mezcla de inglés y holandés, que resultaba inútil para la mayoría negra. Aunque la República de Suráfrica continuó ligada a la Comunidad Británica de Naciones hasta 1961, esos vínculos se habían debilitado. La explotación de la mayoría nativa estaba sustentada en la "doctrina de la superioridad racial", que se refiere a una superioridad de la naturaleza y, por tanto, inalterable. Los hombres de "raza blanca", estarìan dotados de caracteres hereditarios comunes y exclusivos que les asegurarían un desarrollo mental superior al de otras "razas". La herencia genética de los negros limitaría para siempre, segun esta creencia, sus potencialidades. Fundamentalmente, esta concepción es idéntica a la desigualdad de aptitudes que tan privilegiado lugar ocupa en las representaciones mentales de las castas superiores tradicionales. También esta tiene la misma función ideológica: justificar los privilegios de una minoría mediante una argumentación en la que se asegura la perpetuidad, ya que la superioridad se considera enraizada en la naturaleza.

Ideología del supremacismo blanco contemporáneo
Mientras los supremacistas comparten con los separatistas un rechazo general a la mezcla racial, especialmente los matrimonios y relaciones interraciales, una característica notable del supremacismo moderno —influido por las ideas nazis— es que los blancos europeos deben gobernar a negros, judíos, musulmanes, asiáticos, nativos de Oriente Medio, norafricanos, ateos y homosexuales. Sin embargo, hay un tipo diferente de supremacismo, que se conoce como Pan-Arianismo, que acepta como miembros a personas europeas y algunos caucásicos no europeos, como personas de Oriente Medio, norte de África y Asia Central y Oeste. Pero no todas las personas de estos grupos son considerados blancos. Por ejemplo, en Oriente Medio, los pan-arianistas aceptan como ascendientes lejanos a sirios e iraníes, pero no a saudíes o yemeníes.

Esta postura tiene mucho en común con el nazismo. Algunos grupos supremacistas, especialmente en los países de habla alemana, se autoproclaman nazis; y, en conjunto, a estos grupos se les suele denominar neonazis.

Gran parte de los que sostienen ideas raciales no utilizan el término "supremacismo" debido a que sugiere un deseo de dominio sobre otras razas. Sin embargo, muchos de ellos creen que la raza blanca es superior a otras razas.

En los Estados Unidos los movimientos de supremacía blanca en ocasiones se hallan relacionados con grupos de fundamentalismo cristiano o asociados a Identidad Cristiana aunque la mayoría de cristianos, incluso aquellos que suscriben como "fundamentalistas", denuncian al movimiento como grupo no cristiano. Algunos supremacistas blancos consideran que la violencia es un medio admisible para extender su causa y rechazan el cristianismo al que consideran una fe "suicida" y mestiza.

Otras variedades del supremacismo blanco se identifican como odinistas. La vertiente supremacista blanca del odinismo tiene poco que ver con Identidad Cristiana pero existe un punto clave de encuentro: su versión del odinismo enseña un dualismo —al igual que Identidad Cristiana— que concibe el universo como compuesto por "mundos de luz" (asociados a la raza blanca) y "mundos de oscuridad" (asociados a razas no blancas). La principal diferencia entre los dos credos consiste en que el odinismo cree en los antiguos dioses nórdicos y recusa la divinidad de Jesucristo. Algunos grupos como Boeremag de Sudáfrica hacen cierto sincretismo de elementos cristianos y odinistas.

Los grupos supremacistas no necesariamente están asociados a Identidad Cristiana u otros credos religiosos. Organizaciones como el Partido Nazi Americano tienen motivaciones más políticas que religiosas. El Ku Klux Klan (KKK), uno de los grupos supremacistas más reconocidos de los Estados Unidos, propugna una segregación racial no sustentada en ideas religiosas.

Distribución y relevancia de los grupos supremacistas actuales
En la mayoría de países con contingentes significativos de población blanca, como Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, los países europeos y algunas partes de América Latina, pueden encontrarse sectores que propugnan el supremacismo blanco aunque, en todos estos lugares, su discurso no es representativo más que de una ínfima minoría de la población, siendo escaso el número de militantes en los mismos. Sin embargo, el influjo de corrientes migratorias de población no blanca en varios países europeos durante los últimos veinticinco años ha motivado una reacción que se ha traducido en el ascenso en la afiliación a tales movimientos así como una escalada de manifestaciones y delitos racistas de toda índole.

El estilo de la militancia de ciertos sectores ha motivado que sean vigilados de cerca por las fuerzas del orden. En algunos países de Europa, que cuentan con la experiencia cercana de los efectos de estas ideologías en la Segunda Guerra Mundial, las organizaciones supremacistas están prohibidas por la ley. Tales legislaciones tipifican la figura delictiva de la "incitación al odio" junto a normas que prohíben las organizaciones cuyo objeto sea contrario a una sociedad multiétnica, multirracial y democrática.

Militancia violenta de las organizaciones supremacistas angloamericanas actuales
La Iglesia Mundial del Creador (World Church of the Creator), llamada ahora Movimiento Creatividad, es un ejemplo cercano de violencia promovida por el supremacismo blanco con el objeto de desencadenar una guerra racial. Ben Klassen, fundador del movimiento, sostiene que la raza de una persona es su religión. Sin considerar esta idea central, en los demás aspectos su ideología es muy parecida a la de muchas congregaciones de Identidad Cristiana en el convencimiento de que existe una conspiración judía que controla el gobierno federal de los Estados Unidos, la gran banca internacional y los medios de comunicación. También enseñan que la RAHOWA (la Guerra Santa Racial, por su acrónimo en inglés) está destinada a librar al mundo de los judíos y de las "razas barro". A principios de los años 1990, hubo un gran incremento en la afiliación a tales grupos por la creencia popular de que el apocalipsis y la RAHOWA eran inminentes. En 1996 Matthew F. Hale, que se hizo famoso porque se le denegó una licencia para ejercer la abogacía en Illinois, fue designado nuevo líder de la Iglesia del Creador. Hale hizo algunos cambios en la organización, incluyendo el nuevo nombre de Iglesia Mundial del Creador, para transmitir una sensación de ser un movimiento de gran alcance.

Ciertos episodios violentos han puesto de manifiesto que sus miembros están dispuestos a tomar parte en acciones de este tipo. Se sospecha que miembros de la Iglesia Mundial del Creador en el sur de Florida están involucrados en distintos linchamientos organizados por motivos racistas. En el último año, cuatro miembros de Florida han sido encarcelados por esgrimir armas de fuego y por el atraco al propietario judío de una tienda de videos. Supuestamente recaudaban fondos para la "revolución".

Muchos creen en la necesidad de alcanzar el martirio por su causa. Por ejemplo Bob Mathews, líder del grupo neonazi The Order, murió en un choque con las fuerzas del orden. Asimismo, William King se complacía con la idea de que se le aplicara la pena de muerte por el asesinato de James Byrd Jr.

El último caso es de los neonazis Daniel Cowart y Paul Schlesselman que pretendian asesinar al candidato del Partido Democrata Barak Obama y matar a 88 personas y decapitar a otras 14 de raza negra.

Desencuentro entre grupos supremacistas
Muchas organizaciones racistas muestran tendencias a escindirse fácilmente. Asimismo los movimientos racistas actuales que existen en internet evidencian un gran rechazo hacia "El Movimiento". Las distintas corrientes tienen sus feudos y rivalizan entre ellas. Diferentes líderes poseen feudos personales, etc. Se puede observar que dentro del movimiento existen demasiadas figuras que aspiran a ser líderes y no meros seguidores. Gran cantidad de supremacistas consideran cobardes y traidores a los grupos supremacistas menos extremistas, o a las organizaciones asociadas al nacionalismo blanco y a la vieja guardia conservadora (N. del Trad.: paleoconservadurismo). Por su parte, estos dos últimos sectores consideran que los supremacistas y los neonazis les dan mala fama.

Latinoamérica
El supremacismo blanco ideológico y de imposición no se limita a Europa, Norteamérica, Australia y Sudáfrica. En Latinoamérica abunda de manera semioculta grupos extremistas que propugnan la superioridad de la raza blanca, pero no sólo en países donde predomina población europea, sino también en países con mayoría mestiza, e incluso en países donde predominan indígenas, en los cuales los blancos son una pequeña minoría. Sin embargo, la membresía de estos grupos en países latinoamericanos es variable, y sus números no necesariamente coinciden a la proporción de población blanca. En un país de predominio mestizo, por ejemplo, la membresía o las actividades públicas de estos grupos puede ser mayor incluso que la membresía o actividades públicas de aquellos grupos de un país de predominio blanco.

En todos los países latinoamericanos existe una élite mayoritariamente de dinero, denominada comúnmente como oligarquía, que en algunos casos se consideran una raza superior por estar en su gran mayoría constituida por miembros blancos. Estos incluso fomentan tener descendencia blanca y de "sangre azul", contrayendo a menudo matrimonio con aristócratas europeos. En Latinoamérica está bien vista (incluso por los no blancos) la inmigración, no solo de europeos sino de cualquier persona que presente características caucásicas.

Supremacistas actuales señalados
Una lista más o menos completa de supremacistas blancos sería demasiado larga como para no exceder este artículo. Sólo para empezar, se incluiría a la mayoría de gobernantes y políticos de los Estados Unidos antes de 1960, a la mayoría de los líderes políticos del periodo del apartheid sudafricano, a los de los Estados Confederados de América y a los de la Alemania nacionalsocialista. Lo que sigue es una mera relación de figuras contemporáneas conocidas principalmente por su apoyo al supremacismo blanco.

´ * Don Andrews
* John Bean
* Don Black
* Andrew Brons
* Alexis Lopez
* George Burdi
* Dan Burros
* Richard Girnt Butler
* Willis Carto
* Mark Collett
* Frank Collin
* David Copeland
* Mark Cotterill
* Nicky Crane
* Françoise Dior
* Ian Stuart Donaldson
* Wolfgang Droege
* efrain castro



* David Duke
* Leo Felton
* Roberto Fiore
* Andrew Fountaine
* Paul Fromm
* Nick Griffin
* Matthew F. Hale
* Wolf Rüdiger Hess
* Ray Hill
* Derek Holland
* Tom Holmes
* David Irving
* Colin Jordan
* David Kerr
* Ben Klassen
* David Lane
* Alexis Muñoz
* Arnold Leese



* Marc Lemire
* Alex Linder
* Martin Lindstedt
* James H. Madole
* Horst Mahler
* James Mason
* Robert Jay Mathews
* Michael McLaughlin
* Tom Metzger
* Frazier Glenn Miller
* Savitri Devi Mukherji
* David Myatt
* William Luther Pierce
* John Kingsley Read
* Otto Ernst Remer
* Ingrid Rimland
* George Lincoln Rockwell



* Charlie Sargent
* Benjamin Nathaniel Smith
* John Ross Taylor
* Eugène Terre'Blanche
* Ignacio Fernandez
* Jean-François Thiriart
* Joseph Tommasi
* John Tyndall
* Donna Upson
* Richard Verrall
* Robert Vesterlund
* Martin Webster
* Jeff Weise
* Bill White
* Martin Wingfield
* Francis Parker Yockey
* Ernst Zündel

Organizaciones

* Afrikaner Weerstandsbeweging (AWB) (South Africa)
* Partido Nazi Americano
* Hermandad Aria
* Naciones Arias
* Frente Revolucionario Ario
* Partido Nacional Británico
* Iglesia Conservadora Cristiana
* Identidad Cristiana
* Combat 18 (Organización británica)
* Consejo de Ciudadanos Conservadores
* Hammer Skins Confederados
* Liga de Defensa del Condado de Forsyth
* Heritage Front
* Ku Klux Klan (KKK)[NOTA: Existen muchos subgrupos del Ku Klux Klan]



* Legión de Guerreros Arios
* Partido Verde Nacional Socialista Libertario
* Asociación Nacional para el Progreso del Pueblo Blanco
* Skinheads Nacional Socialistas
* Partido Nacionalista de Canadá
* Frente Nacional de Nueva Zelanda
* Trueno Nórdico
* The Order
* Posse Comitatus
* Resistencia Aria Blanca
* Consejo de Ciudadanos Blancos
* Partido Patriótico Blanco
* Revolución Blanca: grupo reciente, liderado por Billy Roper
* Iglesia Mundial del Creador/Movimiento de Creatividad

Limpieza étnica

Limpieza étnica
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El concepto limpieza étnica se refiere a varios modos de eliminar de un territorio a seres humanos de otro grupo étnico. Se encuentra en un extremo del espectro en el que es virtualmente indistinguible de la emigración forzada, mientras que en el otro extremo se encontrarían la deportación y el genocidio.

En general, se entiende como "limpieza étnica" la expulsión de un territorio de una población "indeseable", basada en discriminación religiosa, política o étnica; o a partir de consideraciones de orden ideológico o estratégico; o bien por una combinación de estos elementos.

Algunos analistas políticos evitan utilizar la expresión, por considerarla un eufemismo que pretende aplicar una palabra con connotaciones positivas (limpieza) a unos actos moralmente condenables (movimientos forzados de población conseguidos mediante el uso de la violencia).

Orígenes de la expresión
Si bien la expresión "ethnic cleansing" entró en el inglés y a través de éste en las demás lenguas del mundo como calco semántico del serbocroata etničko čišćenje (SAMPA /etnitSko tSiStS'eJe/), y durante los años noventa del siglo XX se utilizó ampliamente en los medios de comunicación a raíz de las guerras en la antigua Yugoslavia, esta definición puede aplicarse a otros acontecimientos históricos tales como el holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial, el genocidio Armenio durante la Primera Guerra Mundial, la expulsión de los moriscos de España en 1609, la Nakba palestina, la conquista del Oeste en Norteamérica durante el siglo XIX, las guerras del desierto argentino y tantos otros ejemplos; sobre todo porque todos estos acontecimientos históricos tenían el objetivo de exterminar de un determinado territorio a una población étnicamente asentada, y sustituirlos por colonos étnicamente pertenecientes al pueblo de los genocidas.

Definiciones
La expresión "limpieza étnica" ha recibido varias definiciones. De acuerdo con Andrew Bell-Fialkoff, la expresión no resulta fácil de definir.

Mientras por un lado es prácticamente imposible distinguirla de la emigración forzosa y el intercambio de población, por otro se confunde con la deportación y el genocidio. En el nivel más general, la limpieza étnica puede entenderse como la expulsión forzosa de una población «indeseable» de un territorio dado como consecuencia de la discriminación religiosa o étnica, consideraciones de carácter político, estratégico o ideológico, o una combinación de una y otras.[1]

Drazen Petrovic propone distinguir entre definiciones amplias y restringidas. Las definiciones amplias se centra en el hecho de que la expulsión se basa en criterios étnicos, mientras que las definiciones restringidas incluyen criterios adicionales: por ejemplo, que las expulsiones sean sistemáticas, ilegales, conlleven violaciones flagrantes de los derechos humanos o estén vinculadas a un conflicto nacional o internacional contemporáneo.

Según Petrovic: limpieza étnica es una política bien definida de un grupo particular de personas para eliminar sistemáticamente de un territorio dado a otro grupo de personas por razones de su origen nacional, étnico o religioso. Una política semejante es violenta y con frecuencia se conecta con operaciones militares. Se considera que ha de llevarse a cabo por todos los medios posibles, desde la discriminación hasta el exterminio, e implica violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

Persecución

Persecución
Persecución es el conjunto de acciones represivas o maltrato, persistentes, realizadas por un individuo o más comúnmente un grupo específico, sobre otro grupo o sobre un individuo, del cual se diferencia por determinadas características fisicas, religiosas, culturales, políticas, étnicas u otras. También se incluye la persecución de especies no humanas (como los predadores). Sin embargo se aplica más frecuentemente a persecución entre seres humanos. Naciendo a menudo la persecución del prejuicio.

Generalidades
Lo más común consiste en la opresión de un grupo minoritário por parte de una mayoría, ya que lo inverso es menos frecuente. Va desde la tolerancia (es distinto tolerancia de libertad) o ignorarlo en determinados marcos, hasta la integración forzada, el secuestro de las mujeres y niños, el asesinato, el genocidio y la extinción. Suele ir acompañado de la destrucción o el expolio de sus bienes (casas, tiendas, centros religiosos, etcétera). El término ha sido usado históricamente para denotar actos de violencia indiscriminada, sean espontáneos o premeditados. La persecución entre seres humanos va mucho más allá de estar dirigida a grupos religiosos, étnicos o politicos. Cualquier diferencia identificable en apariencia o comportamiento puede servir de base a la persecución, como ser homosexual, zurdo, o usar drogas.[cita requerida] El único rasgo común entre esta lista de excusas, es la percepción del individuo o grupo como diferente. Debido a eso, se considera que "perseguir" es la expresión de un rasgo general del comportamiento social, quizá relacionado con el tribalismo, que busca imponer o reforzar la conformidad.

La persecución no es reconocida como tal por los perseguidores, solamente por sus víctimas o por observadores externos. Los perseguidores no sienten que haya nada malo en sus acciones o lo racionalizan como de escasa importancia o temporal si lo comparan al fin que buscan, contrarrestar lo que consideran una mayor y más seria amenaza, "El fin justifica los medios" en sus actos. Como en otros comportamientos de agresor y víctima, el agresor culpa a la víctima de la agresión. La justificación más común es que buscan protegerse así mismos, a sus familias y a la sociedad de lo que ellos perciben como peligrosa influencia del grupo perseguido. Cuando los confrontan, siempre niegan los hechos, y aunque se los demuestren, son casi incapaces de reconocer nada. Ellos están libres de culpa y así se lo hacen ver a todos.

En 1951 en la Organización de las Naciones Unidas se define al refugiado como la persona que:

"Teniendo un temor bien fundado de ser perseguido por razones de raza, religión, nacionalidad, membresía a un grupo social particular, u opinión política, está fuera de su país, de su nacionalidad y está inhabilitado o, debido a ese temor, no desea colocarse en la protección de dicho país."

Organizaciones contra la Persecución
A partir del siglo XIX surgieron organizaciones solidarias contra las persecuciones destacando las siguientes:

* Liga de los Derechos Humanos, una de las organizaciones no gubernamentales pionera en la defensa de los derechos humanos, fue creada en 1898, por iniciativa de Ludovic Trarieux, para defender las libertades humanas amenazadas por las decisiones tomadas por el poder ejecutivo o por el poder judicial.

La Liga se oponía a la discriminación racial, al clericalismo y al militarismo y desarrolló una política de defensa de los derechos humanos basada en tres principios:
laicismo: separación Iglesia- Estado, libertad de enseñanza pública, negativa a subvencionar la enseñanza privada...
democracia política: concesión de voto a las mujeres, libertad de prensa...
pacifismo: organización Internacional de la paz.
La Liga realizó actos de protesta contra la guerra de Corea, contra la intervención militar de la Unión Soviética en Hungría en 1956, etc.

* Liga Internacional Femenina para la paz y la libertad, con sede en Inglaterra, cuyo 5º Congreso celebrado en Dublín en 1927, establecía la necesidad de defensa de las minorías dentro de los estados.

* Amnistía internacional. Su nombre originario es "llamamiento para la Amnistía". En 1963 coge su nombre actual y en 1968 redacta su primer estatuto constitucional. Los objetivos, estructura y métodos no han variado desde su fundación. El 28 de Mayo de 1961 el abogado Inglés Peter Benenson escribía en el británico diario "The Observer" un artículo titulado "los prisioneros olvidados" en el que se lamentaba de la situación de los que por sus opiniones religiosas, políticas o de otro tipo eran torturados, encarcelados o ejecutados y proponía a través del "llamamiento para la Amnistía" una acción conjunta internacional sobre la base de las siguientes cuatro puntos:

Trabajar para obtener la liberación de quienes se encuentran encarcelados por razón de sus opiniones.

Procurar para ellos un juicio público y justo.

Ampliar el derecho de asilo y ayudar a los refugiados políticos a encontrar trabajo.

Organizar un sistema internacional efectivo que sirva para garantizar la libertad de opinión.


Sus objetivos básicos son los siguientes:

- Buscar la liberación de los presos de conciencia, de las personas encarceladas en cualquier parte del mundo a causa de sus convicciones, color, raza, sexo, origen étnico, idioma o religión, que no hayan recurrido a la violencia o abogado por ella.

- Propugnar la realización de juicios expeditos e imparciales para todos los presos políticos.

- Oponerse sin excepciones a la pena de muerte y a la tortura, y a toda pena o trato cruel, inhumano o degradante a cualquier categoría de presos.

Para realizar su labor AI se basa en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en otros instrumentos internacionales. Consta de más de 700.0000 miembros, suscriptores y simpatizantes en más de sesenta países de Africa, América, Asia, Europa y Oceanía.

* Comisión Internacional de Juristas, con sede en Ginebra. Sus dos fines fundamentales son:

"Sostener y hacer posible el imperio de la ley en todo el mundo" y "en todas sus manifestaciones prácticas: instituciones, legislación, procedimientos, etc.".

Defender el imperio de la ley mediante la movilización de la opinión jurídica internacional cuando se violan de una manera general y sistemática, quedan gravemente amenazados, los principios de justicia enunciados".

El principio del imperio de la ley "cobra el carácter de concepto dinámico que debe aplicarse no sólo para salvaguardar y promover en toda sociedad libre los derechos civiles y políticos del individuo, sino además para crear las condiciones sociales, económicas y culturales bajo las cuales pueda satisfacer sus legítimas aspiraciones".

En España organizaciones no gubernamentales importantes para la defensa de los derechos humanos, entre otras, son el Instituto de Estudios Políticos para América Latina y Africa (IEPALA), el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC), la Oficina del Defensor del Soldado y la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE).

Intolerancia (sociología)

Intolerancia (sociología)
La intolerancia se define como la falta de la habilidad o la voluntad de tolerar algo.

* En un sentido social o político, es la ausencia de tolerancia de los puntos de vista de otras personas. Para un principio social, es demasiado abierto para interpretación subjetiva debido al hecho de que hay una lista de definiciones sin fin para esta idea.

En este último sentido, la intolerancia resulta ser cualquier actitud irrespetuosa hacia las opiniones o características diferentes de las propias. En el plano de las ideas, por ejemplo, se caracteriza por la perseverancia en la propia opinión, a pesar de las razones que se puedan esgrimir contra ella. Supone, por tanto, cierta dureza y rigidez en el mantenimiento de las propias ideas o características, que se tienen como absolutas e inquebrantables (FERRATER MORA, José. Diccionario de filosofía, Ariel, Barcelona, 1980, p. 3267).

Tiene por consecuencia la discriminación dirigida hacia grupos o personas (que puede llegar a la segregación o a la agresión) por el hecho de que éstos piensen, actúen o simplemente sean de manera diferente. Las múltiples manifestaciones de este fenómeno poseen en común la elevación como valor supremo de la propia identidad, ya sea étnica, sexualidad, ideológica o religiosa, desde la cual se justifica el ejercicio de la marginación hacia el otro diferente. El intolerante considera que ser diferentes equivale a no ser iguales en cuanto a derechos.

Podríamos distinguir también una doble vertiente en la intolerancia. Por un lado estarían los grandes casos de la historia, más o menos conocidos por todos. Pero también es un fenómeno sutil que puede identificarse continuamente en cualquier entorno. La intolerancia, pues, tendría una segunda vertiente más cercana, la cual se halla presente en la vida cotidiana.

La intransigencia para con los demás, para con los diferentes escoge distintos objetos. En cualquier caso, siempre supone una diferencia respecto a lo considerado normal o correcto por quienes juzgan. Acá esperan ser resueltos y desarrollados muchos conceptos, empezando por aproximarnos a un metalenguaje en el que cualquier cultura quiera definir los términos o conceptos.

La intransigencia es la diferencia en el prójimo, ya se base ésta en características de género, culturales, ideológicas o religiosas, contra lo que arremete el intolerante. Formas comunes de intolerancia son el racismo, el sexismo, homofobia, la intolerancia religiosa y la intolerancia política.

Lo práctico acaso sería atacar el problema REAL (identificar y desarrollar la forma de la "intolerancia de la intolerancia") y no atacar a los bandos; pues al tomar partido, se pudiera ser cómplice de los disparos o de los muertos que se den: "Donde no hay coexistencia hay codestrucción" (Rabindranath Tagoré, premio Nobel de la India)