Publicado Martes , 20-04-10 a las 20 : 55
Prosigue el descabezamiento de la cúpula de Al Qaida en Irak donde las autoridades anunciaron la muerte de Ahmed Al Obeidi, líder de la organización en las conflictivas provincias de Kirkuk, Salahadín y Nínive. En tan solo 48 horas las operaciones conjuntas de las fuerzas americanas e iraquíes han logrado acabar con la cúpula terrorista gracias a la información obtenida de un miembro destacado del grupo detenido hace unas semanas, según informó el portavoz del Ejército, General Qassem Al Mousawi. De momento la insurgencia no ha confirmado la noticia y algunos de sus portavoces han contrainformado en medios iraquíes asegurando que se trata de “informaciones falsas”, como ya ocurriera en el pasado.
Al Masri, Al Bagdadi y Al Obeidi eran tres de los hombres más buscados de un país y sus muertes llegan en un momento crítico para el primer ministro, Nuri Al Maliki, que perdió las pasadas elecciones por el estrecho margen de dos escaños frente a Iyad Allawi. El golpe a Al Qaeda y al Estado Islámico de Irak (ISI), el abanico bajo el que actúan unidas los grupos yihadistas locales que lideraba Al Bagdadi, supone un respaldo para Al Maliki siempre ha presentado la seguridad como su más importante argumento electoral y, según informó el portavoz militar, supervisó las operaciones en persona. Desde el lunes, además, la Comisión Electoral Independiente recuenta los votos de la provincia de Bagdad debido a las quejas de fraude de la coalición del Estado de Derecho del actual primer ministro con lo que el resultado final podría finalmente serle favorable, lo que le permitiría tomar la iniciativa a la hora de buscar los apoyos necesarios para alcanzar los 163 escaños que permiten formar gobierno.
Refugios en provincias suníes
Los medios iraquíes recogen las declaraciones del general Odierno, máximo responsable de las fuerza americanas en el país, y hablan del “golpe más duro a los terroristas desde la caída de Al Zarqawi”, en 2006, pero en sus editoriales advierten que la amenaza sigue muy presente. A finales de agosto se completará la retirada de las fuerzas de combate americanas y será la hora de analizar la capacidad iraquí para garantizar la seguridad en todo el territorio, incluidas las provincias de mayoría suní en las que se refugian los principales líderes de la insurgencia. Al Bagdadi y Al Masri cayeron el domingo a muy pocos kilómetros al sur de Tikrit, lugar de nacimiento de Sadám Husein, y Al Obeidi fue abatido en Nínive, provincia del norte de Bagdad cuya capital, Mosul, es una de las ciudades en disputa entre las distintas sectas y nacionalidades del país. Este cabecilla tenía bajo su responsabilidad también las actividades en Kirkuk, otro de los principales focos de tensión que permanecen vivos en Irak.
Washington apura sus últimos meses en las calles de Irak antes de dedicarse al entrenamiento de las fuerzas de seguridad locales y el vicepresidente, Joe Biden, en la misma línea de los medios locales y el general Odierno, calificó estas muertes como “un golpe devastador a Al Qaeda”.
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