miércoles, 30 de junio de 2010

El candidato de Merkel para la presidencia de Alemania no obtiene suficientes votos en la segunda votación

El Gobierno alemán afronta una prueba electoral clave con la elección del presidente.- Christian Wulff se adelanta al aspirante de la oposición, Joachim Gauck, pero no obtiene el 50% de apoyos de la Asamblea

 
El candidato de socialdemócratas y verdes, el independiente Joachim Gauck, obtuvo 490 sufragios en la segunda ronda, nueve menos que en la primera. SPD y Verdes suman 462 votos. La coalición entre democristianos (CDU/CSU) y liberales (FDP) que preside la canciller Merkel tiene 644 votos en la Asamblea Federal. Así que 29 de ellos renunciaron a votar en la segunda ronda al candidato propuesto conjuntamente por Merkel y el FDP. En unas horas se celebrará la tercera ronda, que se resuelve por mayoría simple de los votos emitidos. Sólo en dos ocasiones anteriores se había llegado a necesitar una tercera ronda para elegir presidente (en 1994 y en 1969), lo que da una medida del serió revés que está sufriendo el Gobierno de Merkel.
Ahora se especula sobre qué harán los representantes de La Izquierda (Die Linke) en la tercera ronda. Su candidata Lukrezia Jochimsen ha obtenido 123 en la segunda ronda. Gauck, que fue opositor al régimen de la República Democrática Alemana (RDA) y dirigió tras la Unificación el Archivo de su policía política Stasi, no es santo de la devoción de Die Linke. Los dirigentes socialdemócratas tratan de animar a los delegados de La Izquierda a que den su voto a Gauck "para demostrar su emancipación del pasado comunista". Die Linke surgió en 2007 de la boda entre los excomunistas del Este alemán con socialdemócratas disidentes en el Oeste.
La Asamblea Federal, formada por los 622 diputados del Bundestag y otros tantos delegados de los 16 estados federados -hasta un total de 1.244-, debe eligir un nuevo presidente para Alemania tras la inesperada dimisión de Horst Köhler como máximo mandatario del país por unas polémicas declaraciones sobre Afganistán.
La elección, en el histórico edificio del Reichstag, tiene carácter decisivo para la coalición gubernamental de Angela Merkel. Apenas nueve meses después de su llegada al poder, el Ejecutivo está dividido e incluso enfrentado por distintos temas políticos y una derrota de su candidato supondría un serio revés de consecuencias graves que puede conducir incluso a crisis de gobierno.
Aunque el poder del presidente es fundamentalmente ceremonial -comparable al de un rey en una monarquía parlamentaria moderna, pero por cinco años y reelegible una vez como máximo-, la elección se interpreta como un examen a la popularidad del Gobierno -hundido en cotas más propias de Ejecutivos desgastados y acosados por escándalos- y un veredicto a su paquete de medidas de austeridad y a las ayudas que ha propiciado para el rescate de Grecia, profundamente impopulares en Alemania. Un sondeo de la televisión pública ARD revela que el 86% de los alemanes "no está contento" con la gestión de Merkel y sus socios.
Nunca ha perdido una votación
Wulff, uno de los barones regionales de la canciller alemana y líder de la CDU, es quien cuenta con mayores posibilidades de salir elegido ante el hecho de que los partidos de la coalición tienen 644 escaños en la Asamblea Federal, 21 más de la mayoría absoluta. Primer ministro de Baja Sajonia desde 2003, es uno de los pesos pesados de la Unión Demócrata Cristiana, de la que es vicepresidente. La candidatura de Wulff, de 50 años, sorprendió a muchos porque durante años se ha perfilado como posible sucesor de Merkel en la jefatura del partido y en la Cancillería. Como jefe del Estado, sus funciones se limitarían a la representación y a la firma de las leyes, lejos de las decisiones políticas. Wulff pertenece al ala conservadora de la CDU. Su candidatura agradará a este sector democristiano, menos afín a la otra candidata que se barajaba estos días, la ministra de Trabajo Ursula von der Leyen.
Sin embargo, no se descarta que, aunque poco probable, Gauck -candidato propuesto por la oposición socialdemócrata y verde- pueda imponerse por su fuerte carisma y porque existen disidentes en las filas de la coalición que pueden darle su voto. Gauck cuenta con amplias simpatías también en las filas de la CDU y CSU y es claro favorito para la población: en el caso de que fuese el pueblo quien pudiese elegir directamente a su presidente, la última encuesta publicada este domingo por el instituto demoscópico Emnid revela que Gauck recibiría el 42% de los votos y Wulff tan sólo un 32%, diez puntos menos que su rival. Pero el pastor evangélico, antiguo disidente en la RDA y activista por los Derechos Humanos sólo tendría una posibilidad real de salir elegido si se llegara a una tercera vuelta, que se decide por mayoría simple, y los delegados de la formación de La Izquierda apoyaran su candidatura. Un triunfo de Gauck sería un duro golpe a Merkel -la mera presentación de su candidatura ya fue un gol a la canciller.

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