miércoles, 30 de junio de 2010

Crece en Europa la agitación social

Huelgas y marchas contra el ajuste fiscal

Miércoles 30 de junio de 2010

Luisa Corradini
Corresponsal en Francia

PARIS.- La agitación social ya no es noticia en Europa por lo extraordinaria, sino por lo cotidiana: manifestaciones multitudinarias, huelgas y protestas se multiplican contra los gobiernos, que, acosados por los mercados financieros y la debilidad del euro, han lanzado rigurosos planes de ajuste para limitar sus enormes déficits públicos.
En España, el metro de Madrid, que transporta a dos millones de personas por día, estuvo ayer totalmente paralizado por una huelga "salvaje", sin servicios mínimos, lo que obligó a los usuarios a buscar formas alternativas de transporte. Los sindicatos del sector adoptaron esa medida de fuerza para protestar contra una reducción de salarios de casi el 5%, impuesta por la Comunidad de Madrid a todos los funcionarios de la región.
La UGT, una de las dos principales centrales sindicales de España, advirtió que el incumplimiento de los servicios mínimos en el metro de Madrid puede ser visto como un aviso de cara a la huelga general anunciada para el 29 de septiembre, en protesta por la reforma laboral que impulsa el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque, claro está, España no es el único país del continente envuelto en una ola de conflictos.
Europa pasará uno de los veranos sociales más calientes de los últimos 20 años", advirtió Susanna Camusso, número dos del CGIL, principal central sindical italiana. En Atenas, más de 15.000 manifestantes desfilaron por las calles, como punto culminante de una nueva jornada de huelga general para protestar contra la reforma de la jubilación, que pasará de 61 a 65 años y duplicará el tiempo de aportes necesarios. La protesta terminó en un fuerte enfrentamiento con la policía.
La reforma de las pensiones es el capítulo más importante del plan de austeridad impuesto a Grecia por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de un rescate que, por el momento, le evitó la bancarrota.
Los manifestantes griegos, sensiblemente menos numerosos que en las cuatro huelgas generales organizadas desde febrero, exigían "el retiro inmediato de la reforma" y lanzaban consignas como "prendan fuego al FMI".
"La gente está desorientada, conmocionada, y eso deja margen de maniobra al gobierno", estimó el sociólogo Georges Daremas. Como muchos otros observadores, ese especialista cree que la situación será todavía más grave al regreso de las vacaciones del verano europeo, que comienzan oficialmente el 1° de julio y terminan el 31 de agosto.
Los paros y las manifestaciones de ayer en España y en Grecia son las últimas protestas desarrolladas en la UE en los últimos dos meses.
Dos millones de personas salieron a la calle el jueves pasado en Francia para protestar contra el proyecto del presidente Nicolas Sarkozy de llevar la edad de la jubilación de 60 a 62 años antes de 2018. El Parlamento deberá estudiar el texto en septiembre y los sindicatos han anunciado su intención de profundizar la protesta.
Un día después que en Francia, en Italia los transportes públicos, el tráfico aéreo y el ferroviario fueron perturbados por una huelga general lanzada por la CGIL. Al mismo tiempo, un millón de personas se manifestaron en todo el país contra el plan de austeridad lanzado por el gobierno de Silvio Berlusconi. La CGIL denuncia "un plan desequilibrado". Según un informe de la central de los empresarios italianos Confindustria, el desempleo debe aumentar con la pérdida de 528.000 empleos en estos dos años de crisis.
En Alemania, coreando el lema "no pagaremos su crisis", miles de manifestantes desfilaron el 12 del actual contra el drástico plan de austeridad anunciado por la canciller Angela Merkel. Para 2011, los recortes decididos por el gobierno alemán ascienden a 11.000 millones de euros y afectarán principalmente los programas militares y sociales. Según un sondeo de la televisión pública ARD, 93% de los alemanes estiman que ese plan no bastará y que Merkel deberá adoptar otras medidas más duras.
Los sindicatos, en alzaDesde que los gobiernos de la UE decidieron privilegiar el rigor, confirmando así la perspectiva de que decenas de miles de personas pierdan sus trabajos, las centrales sindicales ocuparon el terreno.
"Esta situación es un regalo inesperado para los gremios que, hasta el año pasado, perdían adherentes. Los líderes sindicales han comprendido que ésta es una ocasión histórica para recuperar la confianza de los trabajadores", analiza Luc Benoît-Bloch, especialista del Centro de Historia del Trabajo de Nantes.
En septiembre, después de las vacaciones, los sindicatos europeos han anunciado una intensificación de sus acciones y, sobre todo, un trabajo concertado, que comenzará el 29 de ese mes con una movilización en todo el continente y una manifestación en Bruselas, convocada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES). Ese día deben reunirse allí los ministros de Economía de la UE.
"Aún no se vio nada. Lo más grave está por llegar", advierte John Monks, secretario general de la CES.Para confirmar esa predicción, un reciente sondeo acaba de mostrar el malestar que existe en el continente: un europeo de cada seis confiesa haber tenido dificultades para pagar sus facturas en los últimos 12 meses, según una encuesta de Eurobaromètre. Ese estudio demuestra que en la región más rica del planeta el 30% de sus habitantes tiene cada vez más dificultades para hacer frente a los gastos de salud y el cuidado de sus hijos.
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