viernes, 27 de noviembre de 2009

SUICIDIO EN FRANCIA

SUICIDIO EN FRANCIA
Hace un par de días, en Troyes, en medio de una reunión, un operario de 49 años de France Télécom, tras enterarse de que, fulminantemente, iba a cambiar de puesto de trabajo, sacó un cuchillo y se rajó el vientre al grito de “¡Ya estoy harto de estupideces!”. No murió. El viernes, en París, tras escuchar que, de buenas a primeras, iba a cambiar de jefe de equipo y de cometido, una empleada de la misma empresa se lanzó desde un cuarto piso y se estampó contra la acera. Sus compañeros contemplaron estupefactos durante varios minutos, mientras llegaba la ambulancia, la agonía de su colega en la calle, que murió luego de algunas horas en el hospital. Días después una empleada del departamento de atención al cliente, y que se enteró de que iba a ser trasladada, se intentó suicidar a base de barbitúricos.
En el último año y medio, 23 trabajadores de France Télécom se han suicidado. La media supera cinco veces la tasa de suicidios de la población, según cálculos del periódico Libération. En ese número no se cuentan los intentos fallidos. Los sindicatos denuncian desde hace meses los estresantes métodos de trabajo y de organización, los constantes cambios de ubicación, de tarea y de residencia de los trabajadores y la presión directa (a base de constantes correos electrónicos) para estimular la prejubilación.
La alarma social se disparó y psicoanalistas predicen nuevos suicidios. Por eso, el gobierno francés decidió que era momento de tomar cartas en el asunto. Nicolás Sarkozy le pidió a su ministro de Trabajo, Xavier Darcos, que se reuniera con el presidente de la compañía, Didier Lombard, para planear medidas encaminadas a bajar la marea de suicidios.
Las razones del estrés son evidentes, a juzgar por los sindicatos: “De un día al otro se les anuncia a los trabajadores que deben mudarse a un puesto que está a 50 ó 100 kilómetros del anterior”, explicaba en Libération Pierre Morville, delegado sindical de CGC-Unsa.
Otro programa interno de la empresa —denominado, en inglés, Time to move (tiempo de moverse)— obliga a determinados cargos medios a cambiar de puesto cada tres años. “Está inspirado en el ejército, para evitar que los jefes se encariñen con sus empleados y se opongan a las reducciones de personal o a los cambios de ubicación”, dice Morville.
El director de recursos humanos de la empresa, Olivier Barberot, aseguró que el número de suicidios no ha subido respecto a otros años. Pero matizó: “De cualquier manera, estas cifras muestran ansiedad”. Hay casos claros: un trabajador se mató dejando una carta: “Me suicido por mi trabajo: esa es la única razón”.

Fuente :http://www.elespectador.com/impreso/internacional/articuloimpreso161819-ola-de-suicidios-francia

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