domingo, 6 de noviembre de 2011

BCE, modo de empleo


Una única prioridad
Acotado desde su creación a velar por la “estabilidad de precios”, el Banco Central Europeo prioriza hoy la “estabilidad financiera”.
El Banco Central Europeo (BCE) nació en junio de 1998, con una única prioridad: “mantener la estabilidad de precios” (art. 282, § 2 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea). Sus otros objetivos están subordinados a esta cláusula, situación que desentona con la de la Reserva Federal (el banco central estadounidense), también encargada oficialmente de maximizar el empleo. “Sin perjuicio del objetivo de estabilidad de precios”, el BCE debe pues esforzarse por “sostener las políticas económicas generales en la Comunidad conforme al principio de una economía de mercado abierta y de libre competencia”. La estabilidad de precios se alcanza cuando, a largo plazo, el índice de precios de consumo –la inflación– no excede el 2%.
El BCE también está encargado de la creación monetaria: acuña la moneda contante y sonante que circula en el seno de los 17 países de la zona euro: concede los créditos donde abrevan los bancos de la región (1).
El Consejo –o board, en inglés– constituye el principal órgano de decisión del BCE. Está compuesto por los gobernadores de los bancos centrales nacionales de los países de la zona euro y los seis miembros del Directorio (nombrados de común acuerdo por los jefes de Estado y de Gobierno). El Consejo se reúne dos veces al mes, con el fin –particularmente– de fijar la “tasa directriz” con la cual el BCE presta dinero a los bancos comerciales; las actas de sus reuniones no se publican.
De la “estabilidad de precios”, el BCE extendió su misión a la “estabilidad financiera”. En la primavera boreal de 2010, el BCE compró títulos de las deudas públicas griega e irlandesa, antes de hacer lo mismo –a fines de 2010 y comienzos de 2011– con las obligaciones portuguesas, españolas y –desde el verano boreal de 2011– italianas. Dichas compras, realizadas en el marco del “Security Market Program” (Programa del Mercado de Valores), en octubre alcanzaban un monto total de 165.000 millones de euros (contra 74.000 millones a principios de agosto). Eso provocó el enojo de los dirigentes alemanes, quienes temen que el BCE se transforme en bad bank: un vertedero de créditos basura.


1. Véase “Le casse du siècle”, Manière de voir, Nº 119, París, octubre-noviembre de 2011.

A.D. y R.F.

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