domingo, 11 de octubre de 2009

Sobreviviendo en Afganistán

Sobreviviendo en Afganistán

Afgana esperando para entrar a un hospital

Tras la caída del régimen Talibán, las mujeres han ido ganando terreno, hasta ahora.

Es uno de los países más pobres del mundo. Allí día a día miles de soldados de diversos países combaten para derrotar al movimiento Talibán, que fue derrocado del poder en 2001 pero sigue dando batalla.

Los años de conflicto han dejado su huella en la salud, la educación, la economía y todas las esferas del país.

Pero, ¿cómo es sobrevivir en Afganistán? BBC Mundo presenta una síntesis de las principales aristas de la vida de los afganos.

Guerra: muertos y desplazados

La muerte de civiles durante el conflicto en Afganistán registró un aumento del 24% en 2009, con relación con el año anterior.

Soldado canadiense en Kandahar

Las fuerzas extranjeras, responsables de alrededor del 20% de las víctimas civiles.

Según la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés), 1.013 civiles murieron en los primeros seis meses del año, comparado con 818 durante el mismo periodo del año anterior. En total 2.113 civiles perdieron la vida en 2008.

Los insurgentes, incluyendo al Talibán, son responsables del 68% de estas víctimas, mientras que las fuerzas de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), Estados Unidos y del gobierno afgano causaron la muerte de alrededor del 20%.

La UNAMA aseguró en julio que los ataques y atentados suicidas matan más civiles que cualquier otra acción militar.

Bajas civiles en Afganistán

El aumento de bajas civiles se debe en gran parte a una mayor sofisticación en los métodos usados por los militantes, quienes usan cada vez más ataques coordinados y se sitúan deliberadamente en medio de la población civil.

Por su parte, dos tercios de los muertos civiles provocados por las fuerzas aliadas y gubernamentales se deben a ataques aéreos, lo que provocó que el ejército estadounidense pidiera en junio mejorar los entrenamientos para evitar estas bajas.

Millones de personas han abandonado sus hogares para huir de los conflictos en los últimos años.

Cerca de cinco millones de afganos han regresado desde la caída del Talibán. Sin embargo, más de tres millones de personas viven refugiadas en el extranjero o se han tenido que desplazar internamente, de acuerdo con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.

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Salud: corta vida

En Afganistán una persona puede, realísticamente, esperar vivir hasta los 44 años. Ésa es la esperanza de vida media. Sólo diez países tienen una esperanza de vida más baja.

Apenas cuatro de cada diez afganos cuenta con acceso a servicios básicos de salud.

La tasa de mortalidad materna es muy alta. Cada 28 minutos fallece una mujer dando a luz.

Otros indicadores también muestran el devastador panorama de la salud de los afganos.

La mortalidad infantil, que mide la cantidad de fallecidos menores de un año, es de 152 muertos por cada 1.000 nacidos vivos. Es el tercer peor registro en el mundo.

Además, casi uno de cada cinco niños muere antes cumplir los cinco años de edad.

En promedio, cada madre afgana tiene entre seis y siete hijos. La mayoría de ellas no recibe atención médica durante el embarazo y el parto, lo que genera una tasa de mortalidad materna muy alta. Cada 28 minutos fallece una parturienta.

Según estudios citados por el Ministerio de Salud, 66% de los afganos sufre problemas de salud mental. Y en todo el país hay apenas un hospital especializado en combatir estos problemas. Tiene 40 camas.

Muchos de los trastornos mentales están conectados con los años de conflicto debido a una violencia inusitada, aseguran funcionarios de Salud.

Centro de la Cruz Roja en Kabul

Más de un millón de personas han quedado discapacitadas por las guerras.

Como si fuera poco, muchos afganos creen que quienes sufren un problema mental están "poseídos". A algunos se los encadena en habitaciones o cuevas y se les exorciza los "espíritus diabólicos".

Otros simplemente son abandonados por sus familias porque no pueden afrontar los gastos.

En tanto, más de un millón de personas han quedado discapacitadas producto de las guerras. Las instalaciones y la ayuda oficial son limitadas.

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Educación: dificíl si eres niña

Escuela en Kabul.

Las niñas representan el 35% de la población escolar.

Durante el régimen del Talibán, las niñas no estaban autorizadas a asistir a las escuelas. Desde 2001 el país ha visto un incremento masivo en la matrícula escolar.

Sin embargo, todavía hay unos cinco millones de niños -de los cuales tres millones son niñas- sin acceso a la educación. ¿Los motivos? Entre otros, la inseguridad, y que algunos padres piensan que la escuela no es para las mujeres.

Además, hay unos 40.000 que trabajan en las calles de Kabul para contribuir a la economía familiar.

Las niñas representan el 35% de la población escolar, y se espera que apenas se mantengan cuatro años estudiando, mientras que los varones cuentan con una expectativa de ocho años de instrucción.

Apenas la mitad de los hombres y el 18% de las mujeres saben leer y escribir.

La seguridad en las instituciones educativas preocupa a las autoridades.

Sólo en mayo y junio de este año, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) registró 98 incidentes en escuelas, incluidos ataques directos con armas pequeñas y cohetes, incendios y amenazas.

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Economía: tanta pobreza

Un afgano junto a sus cabras.

Más de la mitad de la población vive por debajo de la línea de pobreza.

La economía de Afganistán se ha recuperado mucho desde la caída del régimen Talibán, pero el país sigue siendo uno de los más pobres del mundo, según el Banco Mundial.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se trata del quinto país menos avanzado. Y el crecimiento de la población supone todo un desafío: se espera que los 28 millones de habitantes actuales se incrementen a 56 millones en 2050.

El Producto Interno Bruto por persona apenas alcanza los US$800, el desempleo es del 40% y más de la mitad de la población vive por debajo de la línea de pobreza.

Dado que nueve de cada 10 afganos dependen de la agricultura para la supervivencia, la sequía significa una grave crisis alimentaria para millones de personas.

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas asegura que el costo de los alimentos para una familia media aumentó del 50% de sus ingresos hasta el 85% en algunas zonas durante el año pasado.

Unos 7,5 millones de personas no tienen su alimentación asegurada. Esto representa el 31% de la población.

El comercio con los principales socios económicos de la región (Pakistán, China e Irán) ha crecido y los países vecinos han ayudado a reconstruir la infraestructura del Afganistán, desde carreteras hasta escuelas.

La producción de drogas sigue siendo una solución tentadora para muchos hogares rurales. La producción de opio está prohibida por el gobierno, pero es mucho más lucrativa que los cultivos convencionales.

La industria de la droga representa alrededor del 60% de la economía afgana.

La industria de la droga representa alrededor del 60% de la economía afgana. El comercio ha crecido desde la caída de los talibanes y el país produce el 93% del opio del mundo.

El comercio ha crecido desde la caída del Talibán y el país produce el 93% del opio del mundo, el ingrediente crudo de la heroína.

Organismos internacionales y gobiernos aseguran que el narcotráfico está ayudando a financiar la insurgencia talibán, que se estima recibe hasta US$100 millones al año.

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Mujeres: ¿cuánto mejor?

Continuamente degradadas por el régimen Talibán, las mujeres han ido ganando terreno en la sociedad afgana. Pasaron de no poder trabajar a ocupar cargos en el parlamento y el gobierno.

Sin embargo, el 80% se estima que es víctima de violencia doméstica. El 60% de los matrimonios son forzados y casi el 57% de las niñas son casadas antes de cumplir 16 años.

En tanto, los violadores con frecuencia suelen evitar una condena debido a la falta de claridad jurídica sobre el delito, mientras que las víctimas carecen de un acceso adecuado a la justicia y se enfrentan a la experiencia de la vergüenza y el estigma.

Mujeres en un taxi

El 80% de las mujeres se estima que es víctima de violencia doméstica.

En los últimos meses se ha generado una fuerte polémica en torno a una nueva ley que, según la ONU y organizaciones de defensa de derechos humanos, legaliza la violación dentro del matrimonio.

La norma fue aprobada en agosto -pocos días antes de las elecciones presidenciales- y afecta los derechos de las mujeres que pertenecen a la minoría chiíta, la cual conforma el 10% de la población.

La ley permite a los maridos dejar dealimentar a sus esposas si se niegan a mantener relaciones sexuales.

La mujer además deberá de solicitar a su marido permiso si quiere trabajar y los padres y abuelos tendrán la custodia exclusiva de los hijos.

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El día a día: ¿agua potable y electricidad?

Casa en Kabul, la capital afgana

Apenas el 7% del país tiene acceso a la electricidad.

Apenas una cuarta parte de los hogares tiene acceso a agua potable. Y la electricidad durante todo el día es una novedad en Kabul.

El servicio casi ininterrumpido beneficia sólo a un puñado de barrios y les permite disfrutar de 20 horas por día de electricidad.

Anteriormente, no había más de cuatro o cinco horas de energía al día, generada por diesel.

El gobierno estima que apenas el 7% del país tiene acceso a la electricidad.

Algunos afganos aseguran que la vida ahora es "más fácil y más entretenida". Planchar la ropa, bañarse con agua caliente, dejar de hacer los deberes escolares a la luz de la vela, ver telenovelas: son algunos cambios gracias a la reanudación del servicio eléctrico.

Pero, claro, esto tiene un costo que no todos pueden pagar.

Aun así, las ventas de televisores y de reproductores de DVD han aumentado. Es que durante el régimen talibán la televisión fue prohibida pues era vista como una fuente de corrupción moral.

Algunos afganos aseguran que la vida ahora es "más fácil y más entretenida". Planchar la ropa, baños con agua caliente cada día, dejar de hacer los deberes para la escuela a la luz de la vela, telenovelas en la televisión: algunas cambios gracias a la electricidad.

Kabul, por otra parte, parece ser una ciudad fortificada.

En los últimos años más rutas han sido cerradas. Y las vallas anti-explosiones que protegen a edificios del gobierno y embajadas cada vez son más gruesas y más altas.

Las tropas de la OTAN patrullan la ciudad y, a juzgar por el número de guardias armados en las calles, éste es un momento de auge de las empresas privadas de seguridad, aseguran periodistas de la BBC en Kabul.

En la capital, el 75% de las viviendas son ilegales o construidas de forma tal que son vulnerables a terremotos, inundaciones y otros desastres naturales.

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El mayor peligro...

Entre tanta desolación, ¿a qué le temen los afganos?

De acuerdo con una encuesta divulgada en febrero de este año, casi seis de cada diez afganos consideran que el mayor peligro para el país es el Talibán.

El 13% le teme a los traficantes de droga y el 8% a Estados Unidos, cuyas tropas cosechan un apoyo del 63%.

En 2007, ese porcentaje era del 71%, y un año antes, 78%.

El 7% siente miedo de los comandantes locales y líderes tribales.

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