jueves, 29 de octubre de 2009

El mullah Omar, el misterioso líder talibán que tiene en vilo a EE.UU.

El mullah Omar, el misterioso líder talibán que tiene en vilo a EE.UU.

Desde su aplastante derrota en 2001, ha logrado protagonizar un increíble resurgimiento militar

Scott Shane
The New York Times

WASHINGTON.- A fines de 2001, las perspectivas del mullah Muhammad Omar parecían absolutamente negras. El líder talibán, tuerto y con escasa educación, había huido en una moto después de que sus milicianos sufrieron una derrota aplastante a manos de los estadounidenses que invadieron Afganistán.

Gran parte del mundo celebró su expulsión, y los afganos festejaron el retorno de la educación para las niñas, la música y todos los placeres cotidianos que había prohibido el nefasto gobierno fundamentalista.

Ocho años más tarde, Omar es el líder de un movimiento insurgente que ha ganado terreno en gran parte de Afganistán enfrentándose a las mucho mejor equipadas fuerzas estadounidenses y de la OTAN. Lejos de ser apenas una insignificante nota al pie en un texto de historia, representa ahora un irritante desafío de seguridad para el gobierno de Barack Obama, un reto que ha consumido a los asesores del presidente, ha dividido al Partido Demócrata y ha causado la frustración de muchos estadounidenses.

"Es una historia sorprendente", dijo Bruce Riedel, un ex funcionario de la CIA que coordinó la primera revisión que hizo la administración Obama de la política en Afganistán. "Se trata de un individuo semianalfabeto que se ha encontrado con apenas un puñado de no musulmanes en toda su vida. Y ha logrado hacer uno de los más notables retornos militares de la historia moderna."

Los funcionarios estadounidenses están evaluando la importancia de esta reaparición: ¿Omar es el cerebro que planea los astutos cambios de tácticas y de propaganda que los talibanes han instrumentado en los últimos años, o tiene ayuda de los servicios de inteligencia paquistaníes? ¿Los talibanes estarán dispuestos a entablar negociaciones, tal como insinuó Omar en su declaración del 19 de septiembre, o su red podrá ser dividida y debilitada de alguna otra manera? ¿Es necesario infligir una derrota total a los talibanes para garantizar que Afganistán nunca más sea un refugio de Al-Qaeda?

Adoración

El hombre que ocupa el centro del acertijo de la política estadounidense sigue siendo un misterio, y es objeto de adoración mítica por parte de sus seguidores y de mucha especulación por parte de las agencias de inteligencia de todo el mundo.

"No puede operar abiertamente; hay demasiada gente persiguiéndolo", dijo Alex Strick van Linschoten, un escritor nacido en Holanda que vive en Kandahar, donde surgió el movimiento de Omar, y que ha ayudado a un ex funcionario talibán a escribir sus memorias. Además, el ojo que perdió en un ataque soviético en la década de 1980 lo hace muy reconocible. "Hay cuatro o cinco personas que pueden transmitirle mensajes a Omar", dijo Strick van Linschoten. "Y hay un círculo de personas que tienen acceso a esas cuatro o cinco personas".

Los analistas militares y de inteligencia de Estados Unidos dicen que los talibanes definitivamente han logrado algunas cosas. Describen a los talibanes afganos de hoy como una concesión de franquicias, una red descentralizada de combatientes con diversas motivaciones, unidos por la hostilidad hacia el gobierno afgano y las fuerzas extranjeras y por la lealtad a Omar.

Thomas E. Gouttierre, director del Centro de Estudios Afganos de la Universidad de Nebraska, dijo que "como figura simbólica, Omar es una fuerza centrífuga para los talibanes", y desempeña un papel similar al de Osama ben Laden en Al-Qaeda. Pero Gouttierre atribuye el éxito talibán no solamente al genio militar de Omar, sino a asesores más mundanos que proceden del servicio de inteligencia paquistaní y de Al-Qaeda.

Fuentes occidentales y afganas coinciden en cuanto a los datos generales de la biografía de Omar: el hombre nació en una aldea, tuvo una limitada educación religiosa, luchó lado a lado con los mujahiddines contra el ejército soviético y contribuyó a fundar el movimiento talibán en 1994. Algunas versiones dicen que está casado y tiene dos hijos.

Su ascenso hasta ocupar la posición de líder de los estudiantes puritanos que más tarde se abrieron paso luchando hasta la capital, Kabul, puede haber sido producto de su propia condición oscura, dicen algunos expertos. El folklore talibán exalta su bravura en la década de 1980, cuando se arrancó el ojo herido y siguió luchando; relata su sueño, a mediados de la década de 1990, en el que el profeta Mahoma le dijo que él sería quien llevaría la paz a Afganistán, y detalla cómo, en 1996, vistió un manto que supuestamente había pertenecido al profeta y adoptó el título de "comandante de los fieles". Ese fue el mismo año en que Osama ben Laden trasladó su base a Afganistán. Desde entonces, la cuestión central para los funcionarios estadounidenses ha sido la relación de Omar con Al-Qaeda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario