miércoles, 5 de mayo de 2010

España, Portugal y los temores del mal de Grecia

 Redacción 

BBC Mundo

Se espera que el rescate de Grecia por parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional detenga la propagación de su enfermedad económica a otros países de la eurozona. Sin embargo, también se teme que el pantano financiero atrape a España y Portugal.
En Madrid, el 1° de Mayo vio varios miles de personas que marchaban por la ciudad para celebrar el Día del Trabajo.
Los manifestantes también protestaban por las cifras de desempleo del primer trimestre de 2010. Y con razón: España, aún en medio de la recesión, tiene el índice más alto de desocupación en Europa: 20.05 %.

Estancamiento económico

La preocupación de los manifestantes es comprensible: alguna vez considerado el país que más empleo creaba en Europa, España duplicó su tasa de desempleo en dos años.
Este solo indicador le complica la vida tremendamente al gobierno, en su lucha por reducir el déficit en sus finanzas.
Fernando Fernández Méndez de Andes, profesor de economía de la Escuela de Negocios IE, dice que hay poco movimiento en el sentido de producir cambios significativos en política económica, de modo que avizora "un largo período de estagnación económica, que podría provocar una situación social difícil".
No obstante, agrega que los problemas españoles no son, ni con mucho, como los de Grecia.

La palabra del gobierno español

No se puede negar que los mercados financieros están preocupados.

La semana pasada, una agencia calificadora degradó el estatus crediticio de España debido a las débiles perspectivas de crecimiento del país.
Pero el gobierno socialista de España dice que no requerirá de ayuda exterior, como Grecia, y dio a conocer un paquete de austeridad equivalente a unos 50.000 millones de euros para reducir su déficit.
Los empleadores quisieran ver una reducción de impuestos y una reforma laboral que abarate el costo de despedir a un trabajador.
Hasta ahora, los sindicatos han secundado los planes de austeridad del gobierno y los disturbios sociales han sido escasos.

El vecino Portugal

Portugal es el país más pobre de Europa occidental y tiene una distribución de la riqueza muy desigual, sólo superada por la desigualdad del Reino Unido.

En 2009, el déficit presupuestario de Portugal alcanzó al 9,3% del Producto Interno Bruto, mientras que su deuda pública trepó al 77% del PIB.
La capacidad crediticia de Portugal, el certificado de "buen deudor", fue rebajada en dos grados por una de las controvertidas agencias calificadoras de riesgo, de manera que los potenciales inversionistas exigen un interés mayor por los préstamos que conceden.
Y este miércoles, otra de las agencias, Moody's, anunció que había colocado en revisión la calificación de la deuda a largo plazo de Portugal con miras a una posible rebaja.
Sin embargo, Olli Rehn, comisionado de asuntos económicos de la Unión Europea, aseguró que la situación de Grecia era única y que los temores de que España y Portugal podrían necesitar un rescate eran injustificados.

Perspectivas poco halagüeñas

Para el 20 de mayo, Portugal debe renegociar unos 4.600 millones de euros en bonos.
En lo que va del año, el país no ha tenido dificultades para conseguir dinero en los mercados internacionales, aunque por los primeros 654 millones de euros en bonos emitidos después de que la agencia calificadora Standard & Poor's lo degradara, está pagando un interés de casi 3%, casi cuatro veces más que la última oferta de bonos, en marzo pasado.
Esto refleja el temor de los mercados a la capacidad de pago de Portugal.
El primer ministro, José Sócrates ya presentó a discusión en el Parlamento un plan de austeridad que dejará, por lo pronto, a cientos de miles de trabajadores del sector público frente a una congelación salarial que puede durar muchos años.
También tendrá un efecto negativo sobre prestaciones como salud, educación y pensiones.

¿Disturbios sociales?

 

La corresponsal de la BBC en Madrid, Bethany Bell, dice que, por ahora, quienes se pronuncian en favor de una huelga general en España son una minoría y que la mayor parte de la gente prefiere los bares de tapas a las marchas de protesta.
Aunque agrega que la situación puede cambiar si los cortes se hacen más severos, Bell afirma que la mayoría de los españoles piensa que la violencia griega no debe ser el estilo de la reacción social en España.
En cuanto a los portugueses, éstos parecen poner distancia con Grecia cuando recuerdan que el régimen de facto, que duró décadas en Portugal, llegó a su fin con la llamada Revolución de los Claveles, en 1974, que cobró la vida de sólo cuatro personas.

www.bbc.co.uk

No hay comentarios:

Publicar un comentario