lunes, 28 de septiembre de 2009

La tragedia norteafricana

La tragedia norteafricana
El porqué de la ¨tragedia¨
  • Porque en esta región del Africa del Norte o Magreb ("donde se pone el sol", en árabe) la iglesia de Jesucristo fue prácticamente borrada del mapa hace casi 1.300 años y nunca logró reponerse.

  • Porque hoy es el lugar doblemente más desértico del mundo: por el desierto del Sáhara y por tener la menor densidad evangélica del planeta.

  • Porque aunque haya algunos cristianos nativos dispersos por aquí y por allá (poquísimos), ellos no tienen libertades para adorar a Dios ni proclamar su fe en su Hijo.

Efectivamente, no hay libertad de conciencia para 75 millones de habitantes, juntos a otros tantos y más en países vecinos que están bajo el régimen del islam. Quien cambie de religión será considerado un traidor y deberá atenerse a las consecuencias: enfrentarse al ostracismo de sus familiares y amigos, a la pérdida de su empleo, a la imposibilidad de proseguir sus estudios, a la cárcel, al exilio, o... hasta la muerte.

Supóngase que en su país (cualquiera que sea en América latina), usted se encontrara con que no existen casi cristianos, que no haya templos, ni librerías evangélicas, ni pastores, ni misioneros, ni Biblia, ni nada que le testifique de la presencia del cristianismo. ¿Cómo se sentiría usted en esa situación? Y que esa situación perdurara no por años y décadas, sino por siglos. Sí, ¡casi trece siglos!, y prácticamente sin cambios. ¿No es eso, acaso, una verdadera tragedia espiritual?

Lo que sucedió

Al entrar el siglo VII, el islam avanzó rápidamente extendiéndose desde Arabia hacia el oeste, y la iglesia cristiana que había florecido en el norte de Africa, al cabo de unos pocos años, sucumbió ante el avance de la religión de Mahoma.

Pero uno se pregunta: ¿por qué no pudo resistir? ¿Acaso la iglesia no tuvo que atravesar otras situaciones similares? Soportó las diez terribles persecuciones en tiempo de los emperadores romanos durante los siglos I, II y III, y no sucumbió. Otro tanto ocurrió cuando las hordas bárbaras asolaron Europa en la Edad Media: sobrevivió. En tiempos recientes la iglesia detrás de la cortina de hierro ha tenido que padecer los rigores de un régimen totalitario, el comunismo ateo (donde millares dieron su vida como mártires), pero continuó viva y triunfante a pesar de todo.

En el norte de Africa, sin embargo, no fue así. Es el único lugar adonde fue literalmente aniquilada. Satanás logró uno de sus mayores triunfos, y lo ha podido mantener invicto ¡por casi trece siglos!

Hubo presencia cristiana

Al mismo inicio de la iglesia primitiva, en Pentecostés, se nos dice que había peregrinos judíos de la diáspora venidos a Jerusalén de muchas partes del imperio romano. Entre ellos, se menciona en Hch. 2.10-11 a los "árabes" y a aquellos que venían de "Egipto" y "de las regiones de Africa más allá de Cirene" (todos norteafricanos) que oyeron la predicación de Pedro. Sin lugar a dudas, muchos de ellos se convirtieron y retornaron a sus lugares de origen portando la nueva fe.

Durante los primeros siglos, célebres Padres de la iglesia fueron norteafricanos. Por mencionar algunos: Bernabé (siglo I-II), Clemente (150-215), Orígenes (185-254), Atanasio (296-375), Alejandro (313-328) y Cirilo (376-444). Ellos tuvieron actuación en la ciudad de Alejandría. ¿Sabe usted dónde está ubicada la ciudad de Alejandría? En la costa mediterránea de Egipto.

Fueron también famosos en la ciudad de Cartago Tertuliano (160-220) y Cipriano (200-258). Cartago está ubicada a unos 10 km al norte de la capital de Túnez. Allí también se llevó a cabo el Sínodo de Cartago (397).

El célebre Agustín (354-430) estudió en la misma Cartago y fue obispo en Hipona, que queda en la costa de Argelia. Y agreguemos, igualmente, a los controvertidos Donato de Numidia (hoy Argelia) y Arrio (280-336) en Alejandría.

Por qué sucedió

Se ha procurado dar varias razones para explicar lo acontecido:

  • Los cristianos del siglo VI no tenían la Biblia en su propio idioma (berebere), y por lo tanto, no poseían un buen fundamento como para poder resistir al avance de la nueva religión monoteísta.

  • La iglesia norteafricana no desarrolló líderes propios y fuertes, y había perdido su empuje misionero.

  • La iglesia estaba debilitada a causa de las divisiones (donatistas, católicos, arrianos), y sumadas a éstas, había mundanalidad y disputas constantes. Imagínese que algunos de sus puntos de acalorados debates podían ser éstos: si una mosca cae en el agua bendita ¿se santifca la mosca o se torna inmunda el agua? O este otro: si Dios es todopoderoso, ¿hasta cuántos ángeles es capaz de hacer posar sobre la punta de un alfiler?

Bajo estas circunstancias no es de extrañar que los musulmanes tomaran rápidamente posesión del terreno donde una vez supo flamear el estandarte del cristianismo.

Hay esperanzas

No debemos suponer que esto habrá de continuar así indefinidamente. Hay algunos indicios que nos auguran, a pesar de todas las dificultades presentes, que podría darse un cambio favorable en un futuro no muy lejano:

  • Se están produciendo algunas conversiones en diferentes lugares.

  • Se está levantando un verdadero ejército de intercesores en otras partes del globo en favor del mundo islámico.

  • Dios está poniendo una carga de amor muy especial en los latinos para llevarles el evangelio.

    Lo que puede hacer

    Ud. puede hacer varias cosas muy importantes. No se quede impávidamente contemplando la tragedia. ¡Haga algo! Aquí van algunas ideas:

    • Antes que nada, comprométase en la intercesión. Involucre a su iglesia en hacer a la región del Norte de Africa (Magreb) un blanco de sus oraciones.

    • Luego, apoye decididamente a los valientes que viven y sufren por causa de Cristo. Hágalo también con sus ofrendas.

    • Si tiene conexiones, explótelas para hacer contactos y procurar ubicar a misioneros en aquellos países.

    • Pero tenga cuidado. Sea cauteloso en extremo. Los servicios de inteligencia musulmanes operan diligentemente por todo el mundo. No comprometa imprudentemente a los que viven allí.

      Fuente: http://www.pminternacional.org

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